Si tenés claro que para llegar a tal lugar tenés que tomar el colectivo 63, lo tomás y listo.
Pero en la vida hay muchas decisiones que deben tomarse sin conocer bien el resultado, o sin saber en absoluto si va a pasar lo que esperás o qué va a pasar.
En este momento en Argentina, por ejemplo, tenemos un ataque de oligarquía que nos sujeta a la perplejidad. No tenemos reacción, estamos perfectamente perdidos.
Cuando no se sabe qué es lo que hay que decidir, quizás conviene decidir con el corazón, con la intuición, sabiendo que la decisión a lo mejor no es la correcta, pero entonces es necesario hacer que haya sido la correcta.
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