Estos miserables van a seguir saqueando mientras no aparezca alguien que se les plante bien.
Y no tenemos la mínima idea de qué hacer.
Mientras los políticos que más o menos nos representan se espabilan y salen del triste lugar de defender su quintita de privilegios, podemos usar lo que tenemos para tirarle onda a otros.
Lo que sea, a quien sea.
Todos tenemos algo de poder para hacerle bien a alguien.
La solidaridad es una semilla.

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