domingo, 18 de abril de 2021

Algo que hacer





Leo esto que una amiga comparte en Facebook:


La Sputnik de Bukowski

"Tomé mi botella y me fui al dormitorio. Me quité los calzones y me eché en la cama. Nada estaba en armonía. La gente sólo abrazaba a ciegas lo que se pusiese delante: Comunismo, comida natural, zen, surfing, ballet, hipnotismo, terapia de grupo, orgías, paseos en bicicleta, hierbas, catolicismo, adelgazamiento, viajes, psicodelia, vegetarianismo, la India, pintar, escribir, esculpir, componer, conducir, yoga, copular, apostar, beber, andar por ahí, yogurt helado, Beethoven, Bach, Buda, Cristo, jugo de zanahorias, suicidio, trajes hechos a mano, viajes en jet, Nueva York, y de repente todo se evaporaba y se perdía.

"La gente tenía que encontrar algo que hacer mientras esperaba a la muerte. Supongo que está bien poder elegir.

"Yo hice mi elección. Agarré mi botella de vodka y me pegué un buen trago. Los rusos conocían el tema".

CHBukowski,

Mujeres.

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Pienso que es un piedrazo en el centro del ojo al penoso pasajero que le toca naufragar en la pandemia.

El asco que me causan la inmunda vanidad de Bukowski, y también la sumisión y pleitesía de sus festejantes, me ensucia el milagro que a veces consigue una persona que escribe: el milagro de capturar una chispa que pone sentido a algo que nos sucede y que no podemos vivir hasta encontrarle sentido.

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