Hoy es el Domingo de Ramos.
Para los católicos y los que no lo son.
El catolicismo es una cultura, igual que el judaísmo,
igual que las culturas que los europeos destruyeron. Todas las culturas que
están en la tierra y bajo la tierra nos determinan. Todos los argentinos somos
en parte católicos, judíos, querandíes, quechuas, musulmanes, protestantes y
más.
En la familia de mi madre ha habido católicos renegados.
Especialmente los que estaban más cerca de España, donde
los curas se ensañaban con la gente.
Los católicos renegados de mi familia gallega puteamos a
la iglesia, cuando vemos un cura hacemos los cuernos con una mano, decimos me
cago en la hostia consagrada, decimos me cago en el cuerpo de Cristo, decimos
me cago en la reputa Virgen.
Hoy se recuerda el día en que Jesús entró en Jerusalén.
Como no era un rey poderoso, sino una especie de loco, uno de esos profetas
delirantes que por entonces abundaban, en vez de entrar sobre la grupa de un
corcel magnífico, entró montado en un burro.
Pero una multitud de pobres, enfermos, traidores, putas,
tuertos, mendigos, leprosos, desahuciados, pecadores, alcahuetes y serviles de
los romanos opresores, lo recibió. Sembraron de palmas el piso como una
alfombra.
Fue un momento muy feliz y muy trágico.
Era el rey de los pobres, como en Pixote un chico de la
calle, que se drogaba a los 11 años, cantaba y decía “yo soy el Roberto Carlos
de los pobres”, y permitía aquella farsa sabiendo que entraba en un lugar donde
pocos días después lo torturarían hasta matarlo y dejar su cadáver colgando de
una cruz de madera.
También sabía que habría de resucitar y darle la
posibilidad a los pobres de ser sometidos en su nombre o de liberarse.
Sentiría tantas cosas el Cristo, arriba del burro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario