Los que tienen el poder hoy en Argentina tienen un plan para adueñarse de las riquezas de Argentina, para lo cual han diseñado y conducen a Milei a implementar políticas de desregulación, megadevaluación y ajuste fiscal.
Están avanzando hacia imponer otra realidad. Contar con
el apoyo de entre 40 y 50 cada 100 argentinos, mientras sigue sin aparecer una
oposición, les da vía libre para acelerar.
El plan incluye ir reduciendo los servicios públicos de higiene
urbana, transporte, energía, seguridad, comunicación.
Las prestaciones serán privadas, sólo serán para quienes
puedan pagarlas, y serán muy caras.
Lo mismo sucederá con la salud.
Luego sucederá con la educación universitaria, la
educación técnica, la educación secundaria y finalmente con primaria y preescolar.
Las jubilaciones irán reduciéndose y se privatizarán.
En el trabajo, se eliminarán las indemnizaciones. Se terminarán
las jornadas laborales, o sea, se trabajarán las horas necesarias, sin pago por
horas extra. No habrá feriados ni vacaciones.
El pago será determinado sólo por el empresario.
La policía, gendarmería y demás fuerzas de seguridad y
militares, podrán llevar presa a cualquier persona sin ninguna razón y podrán
hacerle cualquier cosa, sin intervención del poder judicial.
El Gobierno podrá hacer un corralito con los depósitos bancarios
de todas las personas.
También podrá quedarse con el dinero en billeteras virtuales.
Usando las fuerzas de seguridad y militares el Gobierno entrará
en los clubes, empresas, comercios y otras organizaciones y detener a las
personas.
También podrá llevarse vehículos, mercadería y los bienes
que encuentre en el interior.
Y podrá quedarse con la propiedad inmueble, ya sea
edificio, comercio, instalaciones casas o departamentos.
Si este plan te parece una fantasía, ridículo o una exageración
paranoica, serás un blanco más fácil, porque estarás menos prevenido.
Los más grandes no lo podemos creer, porque este plan deshace derechos que se adquirieron con la lucha social, al costo de muchas vidas y habíamos naturalizado, creyéndolos consagrados definitivamente para siempre.
Esto ya empezó.

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