jueves, 25 de julio de 2013

La deuda de Europa – discurso de Evo Morales


Aquí pues yo, Evo Morales, he venido a encontrar a los que celebran el encuentro.

Aquí pues yo, descendiente de los que poblaron la América hace cuarenta mil años, he venido a encontrar a los que la encontraron hace solo quinientos años.

Aquí pues, nos encontramos todos. Sabemos lo que somos, y es bastante.

Nunca tendremos otra cosa.

El hermano aduanero europeo me pide papel escrito con visa para poder descubrir a los que me descubrieron.

El hermano usurero europeo me pide pago de una deuda contraída por Judas, a quien nunca autoricé a venderme.

El hermano leguleyo europeo me explica que toda deuda se paga con intereses aunque sea vendiendo seres humanos y países enteros sin pedirles consentimiento.

Yo los voy descubriendo. También yo puedo reclamar pagos y también puedo reclamar intereses. Consta en el Archivo de Indias, papel sobre papel, recibo sobre recibo y firma sobre firma, que solamente entre el año 1503 y 1660 llegaron a San Lucas de Barrameda 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata provenientes de América.

¿Saqueo? ¡No lo creyera yo! Porque sería pensar que los hermanos cristianos faltaron a su Séptimo Mandamiento.

¿Expoliación? ¡Guárdeme Tanatzin de figurarme que los europeos, como Caín, matan y niegan la sangre de su hermano!

¿Genocidio? Eso sería dar crédito a los calumniadores, como Bartolomé de las Casas, que califican al encuentro como de destrucción de las Indias, o a ultrosos como Arturo Uslar Pietri, que afirma que el arranque del capitalismo y la actual civilización europea se deben a la inundación de metales preciosos!

¡No! Esos 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata deben ser considerados como el primero de muchos otros préstamos amigables de América, destinados al desarrollo de Europa. Lo contrario sería presumir la existencia de crímenes de guerra, lo que daría derecho no sólo a exigir la devolución inmediata, sino la indemnización por daños y perjuicios.

Yo, Evo Morales, prefiero pensar en la menos ofensiva de estas hipótesis.

Tan fabulosa exportación de capitales no fueron más que el inicio de un plan 'MARSHALLTESUMA", para garantizar la reconstrucción de la bárbara Europa, arruinada por sus deplorables guerras contra los cultos musulmanes, creadores del álgebra, la poligamia, el baño cotidiano y otros logros superiores de la civilización.

Por eso, al celebrar el Quinto Centenario del Empréstito, podremos preguntarnos: ¿Han hecho los hermanos europeos un uso racional, responsable o por lo menos productivo de los fondos tan generosamente adelantados por el Fondo Indoamericano Internacional?

Deploramos decir que no.

En lo estratégico, lo dilapidaron en las batallas de Lepanto, en armadas invencibles, en terceros reichs y otras formas de exterminio mutuo, sin otro destino que terminar ocupados por las tropas gringas de la OTAN, como en Panamá, pero sin canal.

En lo financiero, han sido incapaces, después de una moratoria de 500 años, tanto de cancelar el capital y sus intereses, cuanto de independizarse de las rentas líquidas, las materias primas y la energía barata que les exporta y provee todo el Tercer Mundo.

Este deplorable cuadro corrobora la afirmación de Milton Friedman según la cual una economía subsidiada jamás puede funcionar y nos obliga a reclamarles, para su propio bien, el pago del capital y los intereses que, tan generosamente hemos demorado todos estos siglos en cobrar.

Al decir esto, aclaramos que no nos rebajaremos a cobrarle a nuestro hermanos europeos las viles y sanguinarias tasas del 20 y hasta el 30 por ciento de interés, que los hermanos europeos le cobran a los pueblos del Tercer Mundo. Nos limitaremos a exigir la devolución de los metales preciosos adelantados, más el módico interés fijo del 10 por ciento, acumulado solo durante los últimos 300 años, con 200 años de gracia.

Sobre esta base, y aplicando la fórmula europea del interés compuesto, informamos a los descubridores que nos deben, como primer pago de su deuda, una masa de 185 mil kilos de oro y 16 millones de plata, ambas cifras elevadas a la potencia de 300.

Es decir, un número para cuya expresión total, serían necesarias más de 300 cifras, y que supera ampliamente el peso total del planeta Tierra.

Muy pesadas son esas moles de oro y plata. ¿Cuánto pesarían, calculadas en sangre?

Aducir que Europa, en medio milenio, no ha podido generar riquezas suficientes para cancelar ese módico interés, sería tanto como admitir su absoluto fracaso financiero y/o la demencial irracionalidad de los supuestos del capitalismo.

Tales cuestiones metafísicas, desde luego, no nos inquietan a los indoamericanos.

Pero sí exigimos la firma de una Carta de Intención que discipline a los pueblos deudores del Viejo Continente, y que los obligue a cumplir su compromiso mediante una pronta privatización o reconversión de Europa, que les permita entregárnosla entera, como primer pago de la deuda histórica.


(Morales tomó como base de este discurso la declaración de Luis Britto García de 1992)





En tanto

Si me siento a escribir, en mi computadora que saqué en cuotas, en el escritorio que mi pareja dispuso para que escribiera tranquilo en el altillo, junto a la biblioteca donde están mis patriarcas literarios, con una cafetera que sólo debo encender para que me dé café durante todo el día y con unas flores que mi hija cortó del jardín y puso en un florerito viejo porque me escuchó anunciar que hoy empezaría mi novela; si me llego a disponer a escribir ahí, no me va a salir una sola palabra.
Ahora, si me tomo un colectivo para ir al médico, ahí sí, las palabras y las ideas y las vivencias se me atropellan por salir todas juntas. Si tengo la suerte de que el médico me haga esperar, posiblemente termine lo que empecé en el colectivo.
Tengo que admitirlo, soy un escritor del intersticio. Sólo puedo escribir en los intervalos. Escribo como quien arrebata algo en un instante de transición. Como Prometeo, que le robó el fuego a los dioses en el rato que se durmieron. Sólo escribo en esos momentos de pasaje, esa pequeña —pero absoluta— libertad que siente un mono cuando salta de un árbol a otro.

Hay otra metáfora que me viene a la cabeza, mientras el colectivo 29 que me lleva a dar el Taller de Cuentos cruza avenida Independencia: la misma vida que vivimos no es más que un intersticio entre dos eternidades. Sólo escribe quien vive.


martes, 23 de julio de 2013

Julio César Pérez



La mamá de Julio César Pérez se vestía con mal gusto y hablaba feísimo, pero se sabía imponer. Cada vez que iba a la escuela le gritaba a cualquiera que se encontrara, desde un alumno al director. Por eso y otras cosas le teníamos rabia a Julio César Pérez, pero él era tan soberbio como su mamá, y como a ella, no le importaba lo que dijeran los demás. En los recreos se iba a un rincón del patio, al costado de un busto (nunca supimos de quién) y sacaba una bolsa gigantesca de galletitas. Los demás teníamos un paquete de Manón, con cinco galletitas, o comprábamos algo en el kiosco, o no llevábamos nada, y nos mangueábamos o nos robábamos entre nosotros, pero Julio César Pérez siempre quedaba aparte, metiéndose en la boca una a una sus galletitas. A veces algún desprevenido le pedía, ante lo cual invariablemente Julio César amonestaba: "¿yo te pido a vó? Salí de acá, pendejo pedigüeño". Alguna vez se ligó una paliza, o que le arrebataran la bolsa, pero no escarmentó. Le teníamos bronca y envidia, y creo que con el tiempo le empezamos a tener lástima, porque mientras los demás jodíamos, él estaba solito, engordando, engordando, soberbio y satisfecho.





lunes, 22 de julio de 2013

De Hyman Roth

There was this kid I grew up with; he was younger than me. Sorta looked up to me, you know. We did our first work together, worked our way out of the street. Things were good, we made the most of it. During Prohibition, we ran molasses into Canada... made a fortune, your father, too. As much as anyone, I loved him and trusted him. Later on he had an idea to build a city out of a desert stop-over for GI's on the way to the West Coast. That kid's name was Moe Greene, and the city he invented was Las Vegas. This was a great man, a man of vision and guts. And there isn't even a plaque, or a signpost or a statue of him in that town! Someone put a bullet through his eye. No one knows who gave the order. When I heard it, I wasn't angry; I knew Moe, I knew he was head-strong, talking loud, saying stupid things. So when he turned up dead, I let it go. And I said to myself, this is the business we've chosen; I didn't ask who gave the order, because it had nothing to do with business!

If I could only live to see it, to be there with you. What I wouldn't give for twenty more years! Here we are, protected, free to make our profits without Kefauver, the goddamn Justice Department and the F.B.I. ninety miles away, in partnership with a friendly government. Ninety miles! It's nothing! Just one small step, looking for a man who wants to be President of the United States, and having the cash to make it possible. Michael, we're bigger than U.S. Steel.







lunes, 8 de julio de 2013

Sueño con agua

Cada vez que sueña, Shu Yiqian, se va a un mundo de agua, donde no hay otro piso que el agua. No importa si está en una ciudad, en el campo o dentro del bosque.
















Fragmentos de Kitchen, de Banana Yoshimoto


"Estar frente a alguien que apenas conocía, y en su casa, me hizo sentir que no tenía a nadie en el mundo."
(Efectivamente, la protagonista era huérfana, tras la muerte de sus padres había ido a vivir a casa de sus abuelos, los únicos parientes que tenía, había muerto su abuelo y poco antes de esta situaci´n, había muerto su abuela).

"Por más jovial que fuera la convivencia entre la niña y la anciana, fui consciente bastante pronto, aunque nadie me lo hubiera explicado, de que un silencio escalofriante que se respiraba en los rincones iba llenándolo todo, y de que había un vacío que no se podía llenar."

"Era el mayor de muchos hermanos, y de su casa traía, sin darse cuenta, una alegría que me reconfortaba".

" — Sé fuerte.
" — Lo intentaré —respondí, y diciéndonos adiós con la mano nos separamos. Y este sentimiento, sin cambiar, irá hacia un lugar lejano que no tiene fin y desaparecerá."



Mahometanos y budistas


“Los dos mahometanos se detuvieron para dejar paso a la procesión budista. Con un paraguas abierto sobre su cabeza, delante de un palanquín dorado, marchaba un devoto. Atrás, oscilante, avanzaba el cortejo de elefantes, superando con sus budas dorados, cargados en el lomo, la verde copa de las palmeras.” (El criador de gorilas, Roberto Arlt).

miércoles, 3 de julio de 2013

Un atardecer en la isla, un atardece en el río



Martes 2. Isla del Delta de Tigre.

Villa La Ñata.






Villa La Ñata.




Miércoles 3. El sol se pone en el noroeste. Desde el Río de La Plata.

Desde el Río de La Plata, una de las centrales termoeléctricas
que alimentan Buenos Aires.








Puerto Madero. 



Edificios de Puerto Madero y Fragata Libertad. Más allá de los edificios,
la ciudad es un caos; los ferroviarios hicieron un par sorpresivo a la
hora en que la gente vuelve a su casa. Las cabeceras de las líneas ferroviarias
están siendo incendiadas, hay decenas de miles de personas que no
pueden regresar al Gran Buenos Aires. La policía está desbordada. Etcétera.