miércoles, 30 de marzo de 2022

Cartonero flaco

Voy por la calle, me encuentro en una esquina un cartonero, con su pechera verde flúor de cartonero, y un carro bastante grande, de esos que usan en los supermercados para reponer mercadería, los altos, no los que usan la gente. 

El carro está lleno de cartones y el cartonero trata de subirlo tirando de él por la subida para discapacitados. 

No puede. 

Hace fuerza, mucha fuerza, tiene todo el cuerpo tenso, pero no puede subirlo. 

Dudo en ayudarlo por el quilombo que tengo en la espalda, pero me pongo del lado de atrás del carro y se lo empujo. 

Me asombra que sea extremadamente liviano. 

Miro al cartonero. Es muy, muy flaco. Tal vez está enfermo.


Hay dos planes para Argentina, el que va ganando (deberíamos hacer algo para que este gobierno haga algo para que no gane), es el plan de una sociedad con una generalidad de miserables, que quizá supere la mitad de la población, mantenida con planes sociales sólo para que no se muera y pueda sustanciar mercado, pobre pero masivo, y limpiar baños; luego un sector medio que activa el mercado sufriendo, cada vez con más recortes, y los parásitos, que cada vez le chupan la sangre más al resto.


jueves, 10 de marzo de 2022

Una canción

 ¿Podría ser que uno ha escuchado una canción profundamente, mucho, tanto, y con los años aparece una relación, y uno ve que esa relación tiene una forma, luego descubre que la forma es familiar y al fin comprende que la forma de esa relación coincide con aquella canción, como si hubiera sido dictada por la canción?

Julio


Julio era un campeón bailando el rock’n’roll. Hacían ronda alrededor de él.

“¡Ahí viene La Plaga! ¡Le gusta bailar!”

Como todas las tardes, Julio y Alfredo pasan un tiempo eterno en el Club Social Lasalle, hablando con los otros muchachos los temas que hablan todos los días, el fútbol, las noticias que les dicta la televisión, recuerdos.

Cuando se van, Julio le dice a su amigo: “Alfredo, dame un abrazo, que un día nos vamos a morir”.

Se abrazan. 

Sus cuerpos se han deformado con la vejez.

“¡Ahí viene La Plaga! ¡Le gusta bailar!”





lunes, 7 de marzo de 2022

Los medios encima de la guerra

Hay dos modelos que los poderes de las naciones modernas imponen a través de los medios de comunicación.


Un modelo introduce la idea de que es posible la información objetiva y que esa objetividad radica en un punto equidistante de opiniones diferentes —casi siempre concibiéndose sólo dos posiciones.

Esta introducción es altamente eficaz, tanto como no resiste una mínima reflexión. 

¿Por qué la verdad surge de la equidistancia? Utilizando la misma fuente que se proyecta sobre la realidad, la matemática, consideremos que, dadas dos coordenadas X y Y, la verdad está en el punto X3-Y3. Si una posición estuviera en X8-Y4 y la otra en X2-Y1, el punto equidistante sería X4,5-Y5,5, lejos de X3-Y3.


El otro modelo con el que se adoctrina a toda la sociedad, manda que la economía y la política están al tope del poder. Los demás órdenes están por debajo, como se observa claramente en las secciones de un diario —sociales, policiales, deportes, espectáculos, arte, cultura, mujer.

El argumento es que la política y la economía deciden sobre todos los demás aspectos de un país. 

En realidad, esto no es más que una decisión. Las corporaciones mediáticas se presentan al margen de los poderes, en la posición del testigo, pero a esta altura sabemos que son la voz del poder, su instrumento. Las corporaciones mediáticas no reflejan una realidad dada, sino que la crean.


Si pusieran a la cultura o a la sociedad como lo más importante, posiblemente estaríamos más lejos de la guerra.