miércoles, 25 de febrero de 2015

El sudafricano



No conozco el nombre de este señor. Lo sabe Romina, que ayer le hizo la ficha para registrarlo como socio de la Biblioteca.
Desde que armamos la Biblioteca en el Parador Retiro lo vemos. Cuando le pregunté por qué iba a dormir al Parador me dijo que estaba esperando que una empresa portuaria o naval volviera a contratarlo.
También me dijo que es sudafricano, de Ciudad del Cabo. Como habla en inglés, varias veces fui a ofrecerle libros en inglés, pero amablemente dijo que no podía aceptarlos, hasta anoche, que finalmente, consintió en llevarse The Old Man and the Sea.
Es de piel y cabellos muy oscuros, pero sus rasgos son caucásicos. Siempre está solo, leyendo algo. Nunca busca a nadie para charlar, pero siempre abandona lo que está haciendo para contestar cuando se le pregunta o pide algo. Cada vez que me acerqué a hablar, hemos tenido largas charlas. Nuestro tema favorito es el rugby. Me asombró mucho la pormenorizada información que tenía del seleccionado argentino. Cada vez que jugaron Los Pumas comentamos el partido.
Luego de que se ausentara un tiempo le pregunté qué le había pasado y me dijo que había estado en un hospital internado. "Mis pulmones", me dijo en inglés. Sigue tosiendo mucho. Quizás no esté en condiciones de trabajar en un barco. No sé qué será de él, en ese caso. Espero que estos días disfrute del libro de Hemingway, que cuenta la historia de un viejo pescador a quien nadie malquiere pero de quien sólo un muchachito se ocupa, y ni aún éste conoce su vida. El muchachito no sabe que el viejo navegó muchos mares en su brava juventud, y aunque ha charlado de temas que nadie hablaba con el viejo, como las hazañas del gran DiMaggio, el viejo no le contó de aquel sueño que muchas veces tenía, que tuvo una y otra vez en alta mar en los días que luchó con el magnífico pez espada hasta agotar todas sus fuerzas, y que vuelve a tener luego del fracaso final, para cerrar el libro: un sueño con leones, enormes leones que jugaban y retozaban en la arena de una playa como cachorros.

Fue Fernando, el a esta altura medio legendario Fernando, quien trajo de su fabulosa librería Libros Ref, esa novela.
Hizo un esfuerzo importante para poder estar en el Parador, en parte porque el sacudón que le da la realidad de casi doscientos tipos que la pelean por seguir, pese a que la vida se ha ensañado con ellos, le carga la consciencia de asuntos que no quiere pasar por alto.
Y todos los que mantienen la Biblioteca hacen un largo viaje cada vez que van, por un territorio dé vidas, amistades, empeños, abandonos, tragedias, amores, y vuelven heridos y más sólidos.

El lunes pasado fue un feriado de verano, que se chorreaba de caliente y desagradable, y les dije que no se obligaran a ir. Después me enteré de que Adri y Marcelo habían ido. Adri me mostró por qué: había un mensaje de Javi, uno de los muchachos que duermen en el Parador, que decía "ya faltan pocos minutos para que ustedes vengan".

martes, 24 de febrero de 2015

Siempre había una máquina más grande

En algún lugar del mundo está la máquina más grande que jamás se construyó.
Cada día extrae 240.000 toneladas de carbón, equivalente a un campo de fútbol excavado 30 veces hacia abajo, y que necesita ser transportado en 2.400 vagones de tren.
Cada día.
Mide 240 metros de largo, 106 de alto y 46 de ancho, pesa 12.804 toneladas y se desplaza con 12 juegos de orugas de 3,8 metros de ancho cada una.
Mi tía Chela dijo "tantos edificios y tantas máquinas que se están construyendo... todo el tiempo tengo miedo de que el planeta se caiga para abajo".

miércoles, 18 de febrero de 2015

Super


La idiosincrasia china es refractaria al gozo del individualismo, básicamente por lo mucho que le gusta a los chinos estar en barra. En chino, Superman se dice 超人, super gente.





superman in Chinese symbols

martes, 17 de febrero de 2015

Te quiero


Soy feliz si encuentro  tirada una gomita para el pelo que usaste. Me la robo, la llevo lejos, la tengo entre las manos, la mordisqueo, la lamo un poquito y después me duermo con el hocico arriba de ella y sueño con vos.




Un metro cuadrado



Ella: No tengo mucho para ofrecerte. No mucho más que este metro cuadrado.

Él: Sí, es un lugar chico, pero todo está en este metro cuadrado.






jueves, 12 de febrero de 2015

Yo


Hay personas que escriben mucho, que han escrito mucho, y han escrito muy bien, han recorrido caminos seriamente, se han metido por lugares de la realidad donde nadie más, con enorme sensibilidad y valentía, y han contado lo que pasa allí con talento y mucho trabajo. Entre ellas, muchas van a parar a la hoguera de las vanidades de un modo penoso. Causan a la vez risa y vergüenza por lo increíblemente ridículas que quedan, y también causan perplejidad porque ¿cómo, personas tan inteligentes, sensibles y que han trabajado tanto se hacen instantáneamente vedettes, imbéciles de su egomanía?
Leo que una escritora se presenta a sí misma, en tercera persona, de esta manera: “X escribe para deshacerse de X. Se levanta todos los días a las 6am y se sienta frente a la computadora con ese  firme propósito. Si es un buen día, oye voces. Si es uno malo, sólo oye la suya. El resto del tiempo, lee, enseña y discute acaloradamente con amigos, pareja, jefes y alumnos, todas  actividades heroicas que colaboran con su propósito de desaparición. Odia el Word, escribir a mano y la gente que usa las palabras ‘cuero cabelludo’”.
Agradecería si alguien me ayuda a entender esto. Se me ocurre pensar que buscan no resistirse a la veleidad como privilegio burgués, o en la entrega a la decadencia para mostrar pertenencia a un sector social poderoso. Es tristísimo. Lo mismo que adorar a la Mona Giménez en Punta del Este.
La egolatría de la Hiena Barrios, de Diego, de Cristiano Ronaldo es la de personas que ya están condenadas y que tienen la posibilidad de cuestionarla. La de los intelectuales y artistas es horrible porque tienen todas las armas para pasarla por un costado






martes, 10 de febrero de 2015

Pequeños designios


Cuando le gustaba una mujer a Adalberto, le surgía una necesidad de seducirla, conquistarla, atraparla, cazarla, devorarla. Sin embargo, eso no era más que un burbujeo dentro de algo mayor. Muchas veces Adalberto no salía de ese jueguito, pero si se detenía y aplomaba podía percibir claramente la inspiración que era el corazón del impulso a acercarse a aquella mujer. Luego, podía sumergirse en esa inspiración y con paciencia podía llegar a entrever su contenido, en el que estaba signado qué tenía para hacer con ella.

Siempre eran designios muy pequeñitos. Con Laura pudo sentirlo muy fácilmente. Se conocieron en un grupo, un día que el grupo fue al cine. En el camino, todos iban muy felices de estar en banda, pero Adalberto y Laura se entusiasmaron tanto uno con el otro, que, sin proponérselo, terminaron apartados, charlando sus cosas. Días más tardes Adalberto estaba en una exposición y cuando recorrió un largo cuadro de muchos metros supo que quería que Laura lo viera, que lo recorriera como él en ese momento, escuchando un tema de Peter Hammill.
De esa manera entendió que lo que tenía para hacer con Laura era meterse en las obras de algunos artistas.
Cuando fueron a ver el cuadro la pasaron muy bien, y por eso fueron a caminar y un día a cenar, y luego se besaron y se hicieron novios.
Se armó una relación y así, naturalmente se les fueron metiendo por la ventana la rutina, broncas, necesidad de que el otro le diera a uno lo que quería en la vida —mimos, reconocimiento, protección sin límites, pasión sin refrenos—, la exigencia de que el otro fuera de su propiedad.
Muchas necesidades, imperativos, condiciones, compromisos. Tantos que la relación se fue transformando en una bola de cemento cada vez más grande y más pesada, hasta que se quebró por su propio peso y se desintegró.
Perdida entre los escombros estaba aquella lejana inspiración, que había sido recubierta por la inevitable relación de amor.




martes, 3 de febrero de 2015

El juego de las lágrimas

El idioma ingles tiene la palabra tear, que significa lágrima y también significa rasgar.

Etimológicamente tear como lágrima indicaba en inglés antiguo gota, néctar, lo que es destilado en gotas, y viene de teahor o tæhher, a su vez del protogermánico tahr o tagr, que a su vez tiene su origen en dakru, descendiente del antiguo latín dacrima, y el griego dakryma.

Por su parte, tear como rasgar proviene del protogermánico teran, del antiguo sajón terian, del alemán medio teren, que significaba consumir, el alto alemán antiguo zeran, destruir.


Los orígenes etimológicos no pueden ser más rotundamente desconectados, y sin embargo, se hace muy difícil creer que la imagen de las lágrimas no surgiera como el líquido que se derrama cuando algo, como una fruta o un amor, es desgarrado.





lunes, 2 de febrero de 2015

En el aire, Dang Dai 11



Hace dos meses, en un encuentro de académicos chinos y argentinos, uno de los investigadores que representaba a una universidad china, Guo Cunhai, estaba apoyando su ponencia con un powerpoint. Cuando dijo “Y estos son los vehículos del intercambio cultural entre nuestros dos países”, casi se nos caen las medias porque vimos que en la lista, no muy extensa, estaba la Revista Dang Dai.

Bueno, felicitaciones a todos ustedes, a todos nosotros.

Cristina Fernández de Kirchner está en Beijing en este momento.
El sábado 24 más de 100 personas fueron a La Boca a ver los fuegos artificiales de Cai Guo-Qiang —que habló en vivo con interpretación de Ana Kuo.
El tema de los fondos buitres desapareció de la agenda de la realidad plantada por las corporaciones mediáticas porque fue solucionado, entre otras cosas, con el swap acordado con China.

Es posible que los tiempos de la relación con China se estén acelerando.

Prueba de ello es que el Número 11 de nuestra revista, programado para el 21 de marzo, ACABA DE SALIR.
¿Por qué el adelanto?
Porque los Gobiernos de Argentina y de China pidieron llevar un número nuevo en la visita de la presidenta.

Nos costó mucho.
Pero aquí está.
Estamos muy orgullosos.

Nos da orgullo tener a Cai Guo-Qiang en la tapa, con foto de Leandro Teysseire, y en el interior con texto mío.
Tener la historia de la casa del BuddhaBA escrita por su dueña, Margarita Lin Shu, matriarca de la colectividad china.
Tener una Mafalda dibujada por el artista chino y alma Mater de nuestras reuniones de presentación, Pablo Zhong.
Un análisis a fondo de la historia política de la relación institucional entre Argentina y China, producida por Néstor Restivo, que incluye las voces del embajador Gustavo Martino y Yang Wanming, el nuevo embajador chino en Argentina.
La presentación de un nuevo centro de estudios dedicado a China, el CLEPEC, hecha por su titular, Francisco Cafiero (nieto de Antonio).
La cobertura del encuentro que mencioné al principio.
Un análisis de altísima calidad sobre factores a tener en cuenta para que Argentina encare las próximas etapas de negociación económica con China, escrito por el economista José Beckinstein, hombre que supo conducir en Beijing los primeros pasos de una cantidad importante de empresas europeas.
Un entrañable ensayo de fotos de Paola Olari Ugrotte, que consiguió meterse en los supermercados chinos y retratar el futuro: los niños chinos.
Un contraste entre las bases de los derechos chino y argentino, escrito para Dang Dai por Maria Francesa Satinao, doctora por la Sapienza – Universitá di Roma.
Información sobre la Jornada Iberoamericana de Estudios Chinos que organizó el Instituto Confucio de La Plata, que concentró una cantidad profusa de investigaciones.
Las perspectivas de China como mercado para la leche argentina, analizada a fondo por Verónica Rimuli.
El detalle de los acueductos que la china CSCEC hará en Entre Ríos.
La vida y experiencia de Sergio Spadone, argentino que ha florecido en China.
Caligrafía de la mano del maestro Chen Chien-Hung, en una producción de la Asociación Cultural China Argentina.
Una entrevista a Miguel Ángel Petrecca, el poeta argentino que más se ha sumergido en China y su literatura, hecha por Marcela Fernández Vidal.
La presentación del magnífico libro Ecos y Transparencias, en el que Ángeles Ascasubi, Lelia Gándara, Evelia Romano y Rubén Pose traducen poemas chinos, y además abren el proceso de traducción de modo magistral.
La presentación de Cruzando el Pacífico, la impetuosa organización chilena que puede inspirar a los argentinos.
Información sobre el GECH, Grupo de Estudios Chinos.
Un balance de los primeros 10 años de trabajo del CUI en la enseñanza del chino.
Un ensayo de fotos de Julio Pantoja hecho en China, que muestra en su ambiente a diferentes trabajadores.
Revisión de Volviendo a casa¸ de Zhang Yimou, por Jorge Vaccaro.
Un informe de la investigación sobre la forma y funcionamiento de la comunidad china en argentina, que conducen en la Universidad de San Martín Alejandro Grimson y Luciana Denardi.
Un análisis del Sueño Chino que desvela al orden (?) internacional y entusiasmo a los seguidores del presidente Xi Jinping.
Una introducción al restaurante Obelisco, embajador de la gastronomía argentina en Beijing.
Un informe de Máximo Carlos Peralta sobre el despliegue de acuerdos entre China y la Patagonia.
Un paseo por Nanjing.
La palabra del ministro de Turismo, Enrique Mayer, sobre las perspectivas del intercambio turístico con China.

Nos da orgullo nuestros diseñadores Diego Fieramosca y Diego Pallanch, nuestros fotógrafos Horacio Paone, Leandro Teysseire y Ronnie Keegan, nos dan orgullo nuestros colaboradores ya mencionados y todos los amigos que entienden que este proyecto tiene destino de árbol grande, porque la relación con China seguirá creciendo y porque tiene corazón.