Cuando un alumno tiene una idea y su maestra sentencia que está equivocado, por mucha razón que le asista, está matando algo del poder divino del alumno.
A la larga, hará de él un buen hombre, y también un eunuco espiritual, y alguien que no perderá ocasión de aplastar cualquier atisbo de creatividad y emancipación en sus hijos.
Respeten las ideas que surgen en los demás, aún las más disparatadas, aún las más bizarras y equivocadas.
Las ideas equivocadas se pueden corregir, las muertas son veneno.
Alienten la libertad, el pensamiento, la fluidez, la alegría.
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