jueves, 27 de septiembre de 2018

Diablos


¿No les llama la atención la muy poca cantidad de noticias referidas a la inseguridad? Comparen con las épocas en que la seguridad ganaba el centro de la escena, y así el centro de la vida de las personas. Creo que el lugar de la inseguridad lo ocupan la Cretina y los peronistas. Necesitamos la seguridad de tener el mal a la vista. Nos da seguridad ver el Diablo. Es insoportable el miedo de que nos asalte desde donde no lo vemos.
Si así son las cosas, votar por Macri y sus amigos ricos es un modo de tener perfectamente a la vista al Diablo.
Y cabe el dicho “mejor diablo conocido que santo por conocer”. Pero, ¿qué? ¿No es conocido el peronismo, la barbarie?
Se sabe qué nos harán los patrones ricos, pero es impredecible qué harán los negros.
Deberían sumarse a los negros, las mujeres (y ya que estamos, recordar esa canción de John Lennon Woman is the nigger of the world).
¿Qué los empata?
Que ambos amenazan el orden establecido. Son representados como irracionales, sin ley, salvajes.
Los patrones ricos podrán sacarnos todo, despedazarnos, pero son previsibles porque son parte del orden que conocemos.
En cambio, los negros y las mujeres en el poder son capaces de hacer cosas que no tenemos idea. Sólo sabemos que romperán la realidad que conocemos y que harán trizas a quien quiera defenderla.
La Cretina era una señora estanciera, pero el tema son las fuerzas que la sustentaban y ante las cuales, por tanto, ella se veía obligada a ceder.
Entre las feministas también hay olas de tilinguería, pero es imparable la potencia revolucionaria que las sustenta, que le apunta al patriarcado y por tanto a un esquema de poder en que unos tienen derechos inapelables sobre los demás.
Ante esta doble amenaza, quienes necesitan vivir seguros están aterrados.
Odian a los negros y a las mujeres con un odio negro, un odio asesino. Es exactamente el mismo odio que los militares agitaban contra “la subversión” y el que Sarmiento agitaba contra gauchos e indios. Es el odio contra el que te va a quitar lo que tenés. O sea, te va a quitar la plata, pero no sólo la plata. Te va a quitar muchísimo más: te va a quitar la realidad, el orden imperante.
Por eso defendés a los ricos que llaman a otros ricos más poderosos para que vengan a violarte en masa, a vos, a tu madre, a tus hijos. Son un Diablo, pero los conocés.







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