Me mudé de barrio.
Me fui a vivir a otra casa.
Hacía mucho años que vivía en la casa anterior.
La casa era yo y yo era yo porque vivía en esa casa.
Ahora estoy un poco desorientado.
Una casa es un espejo. Uno mira la casa y se ve. Cada libro, cada raspón en la pared, las sillas, las fotos en los portarretratos, la luz que entra por la ventana en invierno, la cama, todo remite a momentos de los que está hecha la vida de sus habitantes.
Cuando uno se muda y esas marcas no están, uno no sabe bien quién es.
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