La hija de Monique contó que su mamá se enamoró de su papá
en Francia y llegó de su Marsella natal a vivir a Santa Rosa en los años 60.
Empezó a enseñar francés porque mucha gente le pedía. De repente, sin querer,
estaba ganando mucho dinero. Su marido, que era un argentino muy tradicional,
le prohibió que trabajara: "el único dinero que entra a esta casa es el
que trae el Hombre". Al día siguiente, casi muere de la sorpresa: la casa
estaba repleta de flores. Su esposa, obedeciéndole, le dijo a todos sus alumnos
que no recibiría más dinero, pero no se privaría de aceptar flores.
"Mujer: obedece, obedece, obedece, y haz lo que quieras".(Refrán chino)