sábado, 8 de diciembre de 2018

Quien vive




Entro solo en la noche.

La vida y la muerte son una.
No muere quien no vive.
Quien vive tiene la semilla de la muerte.
Quien mucho vive, mucho muere.
Quien está lleno de vida, también está lleno de muerte.

Antes de acostarme ella posa su mano, leve y suave, sobre mi hombro. Le agradezco dentro de mí. Apago la computadora, me levanto, nos abrazamos, nos besamos.
No. Ella no está acá.
El día que nos conocimos le pregunté cómo murieron sus padres. Me lo dijo y lo olvidé inmediatamente. Me olvidé del tema, olvidé haberle preguntado.

Entro solo en la noche. Dormiré, pero no dormiré.
Alguien me ha encerrado en aquella habitación.
En aquella habitación veo al hombre que baja solo las escaleras mientras todo el mundo habla fuerte en la fiesta, algunos ríen, todos están de buen humor. Él baja con dificultad.

En aquella habitación la mujer está de espaldas. Me volveré loco si se da vuelta y me mira.

Duermo y despierto en aquella habitación. Otra mujer ha tratado de arrancarse los tubos que entran por su boca. Se ahoga, su cabellera está revuelta.
Ahora ya está quieta.
Fue hace cuatro años.

En aquella habitación llega un bote por el río. Mi padre, en la orilla, se inclina y vomita. Alguien llora muy fuerte.

En aquella habitación las costillas se levantan como los dedos de las dos manos sorprendidas.
Ya bajarán y se tocarán de nuevo.

Todo volverá a ser como antes.
La cama estará vacía.
Habrá silencio.

No habrá habido un bote, un río, algo raro.
Será el día y todo habrá pasado.

Me levantaré y me pondré a trabajar.

Sólo quien vive es tocado por la muerte.


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