miércoles, 12 de diciembre de 2018

Desventuras de amor



Tal vez muchas desventuras de amor se originan en una paradoja. Por ejemplo, la historia de Monique y Renée Magritte. Magritte sufría horrores porque sentía que Monique lo consideraba un adorno en su vida, algo que podía estar o no estar, algo cuya existencia no agregaba ni quitaba, no alteraba la vida de Monique. “Nuestro amor no la sumerge en la dicha ni jamás le partirá el corazón”.
Mientras, Monique sentía que el amor con Magritte tenía efectivamente, la forma de unas flores, pero era como un océano de flores que había entrado en su casa. Las paredes no se habían caído, el cotidiano se repetía, pero su vida había cambiado.

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