martes, 7 de mayo de 2019

Llovió en las islas



Llovió en las islas y los colores se afirmaron más intensos, velados por la humedad, que se transforma en una niebla muy tenue.
Los mosquitos se sienten más dueños del mundo.
Apenas para la lluvia los pajaritos ya andan como los chicos que se despiertan y ya se ponen a jugar mientras los grandes aún duermen.
Todo está más quieto.
Sólo un avión remoto y el motor insoportable, tan ansioso, de la lancha colectivo escapa al silencio que se hace cuando los árboles y la tierra mojada absorben todo el sonido.
Todo es olor a fresco, a agua fresca y a tronco de sauces.
Y a las sábanas todavía, y al mate.











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