viernes, 24 de mayo de 2019

Tibet




No pegué un ojo en toda la noche. Más vale que el frío ayudó, pero era previsible, después de haber recibido antes de acostarme la noticia de que una amiga en China está haciendo fuerza para que me inviten a una convención en el Tibet.
No depende mucho de mí. Todo lo que podía hacer para ir, lo hice. Ahora está en manos de los dioses y de las plegarias de los amigos que me quieren bien.
Lo digo así tranquilo ahora, pero anoche no me dejaba dormir el tema. 
Y volviendo al frío, uno se acostumbra a que la buena vida en la ciudad lo consienta. Está muy bien, sobre todo para la gente que no tiene otra cosa. Pero el que se ablanda, le conviene no quedarse fofo. Cada tanto, le conviene endurecerse un poco.
El frío anoche fue bravo. No  alcanzaba dormir vestido y no alcanzaban las frazadas. 
Por ahí tenía la bolsa de dormir que me regaló mi vieja hace años. Mientras temblaba tratando de dormir, recordaba que nunca tuve frío adentro de esa bolsa, ni siquiera a la intemperie en la montaña. Mi mamá me tenía un amor poderoso. Empecé a pensar en la ropa que ella me regaló y aún uso, después de su muerte. Casi todas están viejas ya. Así va desapareciendo mi mamá. 
Cuando yo hubo luz afuera, me levanté y salí. Hacía frío, pero no era el frío que me había atacado en la cama. 
Hice un fuego. Me cebé unos mates, que fui tomando lentamente, mientras miraba cómo el humo iba hacia el sol que estaban naciendo entre los pinos, reflejado en el arroyo.
Si me sale el viaje al Tibet, podría llevar la bolsa de dormir que me dejó mi mamá, pensé. 

2 comentarios:

  1. Tu mamá está en el amor que te brindaba al darte abrigo, y eso está siempre en el corazón, es parte del alma. Mejor te acostumbres al frío, el Tibet no es muy caluroso que digamos. Por otra parte, te acostumbraste al recorrido, ya no sé bien si sos de aquí o del mundo y aquí pasás a tener algo de arraigo algunas veces. Llevate la bolsa de tu mamá al Tibet, así sabés que ella te abrigó y que recorre mundo con vos. Los amigos, bueno, ya sabés que estamos aunque sea en tu cabeza cuando sacás una foto y la compartís. Tus bitácoras hoy es en Tigre, mañana el Tibet, hace poco en Colonia, antes en New York, en China, en.....en fin, si el cuerpo aguanta te veo andando por el espacio, cronista de cronopios.

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