domingo, 26 de enero de 2014

A la hoguera


El Hacedor que diseñó el master chip de los miembros del linaje al que pertenezco decidió que cuando cumplimos 51 años nuestras hipófisis, tiroides y otras glándulas comiencen a liberar en nuestro cerebro unas hormonas que causan una pronunciada elevación de la bronca.

Otra que anger management.

Odiamos, atormentamos psicológicamente, largamos verdades devastadoras, reducimos a quienes nos quieren a la nada.

Hay que aguantarnos.

En eso va que 
espero demasiado de las cosas, mucho más de lo que uno sabe que las cosas pueden dar.No soporto las cosas que se descomponen, rompen o arruinan de cualquier modo. O no funcionan como deben funcionar.

Eso incluye cualquier cosa: la reactancia del tubo fluorescente, una tarjeta de débito, un colectivero, mi nivel de triglicéridos, la descarga del inodoro, la marcha de la economía mundial, un fósforo, un pendrive, una película de Woody Allen.

Cada porquería que me traiciona tiene un destino irrefutable: el fuego.

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