lunes, 7 de marzo de 2022

Los medios encima de la guerra

Hay dos modelos que los poderes de las naciones modernas imponen a través de los medios de comunicación.


Un modelo introduce la idea de que es posible la información objetiva y que esa objetividad radica en un punto equidistante de opiniones diferentes —casi siempre concibiéndose sólo dos posiciones.

Esta introducción es altamente eficaz, tanto como no resiste una mínima reflexión. 

¿Por qué la verdad surge de la equidistancia? Utilizando la misma fuente que se proyecta sobre la realidad, la matemática, consideremos que, dadas dos coordenadas X y Y, la verdad está en el punto X3-Y3. Si una posición estuviera en X8-Y4 y la otra en X2-Y1, el punto equidistante sería X4,5-Y5,5, lejos de X3-Y3.


El otro modelo con el que se adoctrina a toda la sociedad, manda que la economía y la política están al tope del poder. Los demás órdenes están por debajo, como se observa claramente en las secciones de un diario —sociales, policiales, deportes, espectáculos, arte, cultura, mujer.

El argumento es que la política y la economía deciden sobre todos los demás aspectos de un país. 

En realidad, esto no es más que una decisión. Las corporaciones mediáticas se presentan al margen de los poderes, en la posición del testigo, pero a esta altura sabemos que son la voz del poder, su instrumento. Las corporaciones mediáticas no reflejan una realidad dada, sino que la crean.


Si pusieran a la cultura o a la sociedad como lo más importante, posiblemente estaríamos más lejos de la guerra.





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