No voy a poner los nombres, porque después dicen que invento.
Me referiré a ella y a él.
Pero quiero que sepan que este es un caso absolutamente real.
Él le dice:
— Boluda, sos resexópata. Cada vez que tenemos un
problema, en vez de hablarlo, lo tapás con sexo. Te empiezo a decir algo, me
tapás la boca y me cogés. Te digo que estoy triste, y me cogés. Estás triste
vos, y me cogés. Cuando estamos aburridos, me cogés. Si estamos nerviosos, me cogés.
¿No sabés hacer otra cosa?
Ante estas palabras, ¿qué les parece que hace Ella?
Tuvo que intervenir la hermana de ella (tampoco pondré su
nombre).
— ¿No te das cuenta de que ella te quiere como una loca?
—le dijo a Él.
— Yo no digo que no me quiera…
— ¿Y entonces qué te pasa? Su manera de manifestar el
amor es el sexo. Vos hablás, vas al psicólogo, hablás, hablás, hablás. Querés
hacer melodramas, te ponés romántico, te gustan las complicaciones, querés que
estén enamorados como en las películas. Bueno, vos sos como sos, y ella es como
es. Te quiere, te da. Punto. Aceptala como es.
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