miércoles, 28 de agosto de 2024

Universales

Cada vez que escucho ese tipo de universalizaciones que suenan tan sabias tipo “siempre los humanos estuvieron en guerra”, “el hombre es egoísta por naturaleza”, “a los pobres siempre los tendréis con vosotros”, “es humano que unos manden y otros deban obedecer”, “en todas partes existe la solidaridad”; cada vez que escucho esos “siempre”, recuerdo una frase de Marguerite Duras, “Me siento constantemente alejada de Roma en aras de otro pensamiento distinto… contemporáneo del de Roma, y que se habría originado en un lugar distinto, lejos de Roma, hacia el norte de Europa, por ejemplo”.

Y pienso en que tantas cosas han sucedido en las sociedades humanas, en 20.000, 40.000 años, quizás más.

Tantas cosas han sucedido en miles y miles de sociedades que se extinguieron. Quizás algunas fueron puramente pacíficas, quizás algunas vivieron en la opulencia durante siglos, quizás para algunas la vida material no tenía importancia, quizás algunas encontraron la manera de estar siempre sanos, quizás hubo sociedades realmente anarquistas, sin poder político; quizás hubo sociedades que vivían en el desierto y, sin escritura, y tenían un sistema familiar tan complejo que las computadoras de hoy no podrían desentrañar. Quizás hubo sociedades con tecnologías inconcebibles, acaso relacionadas con el manejo de la fuerza de gravedad, que construyeron pirámides descomunales, imposibles de construir con los recursos que tenían, vistos desde la tecnología de hoy.

Lo que sí es cierto es que la Humanidad de hoy es lo suficientemente soberbia para negar cualquier cosa que no pueda comprender y destrozar a cualquiera que haga lo que ella no puede hacer.





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