martes, 18 de septiembre de 2012

Destino


A veces (a veces muchas), me siento abrumado por mi fracaso económico.
Perdedor impecable.
Me lleno de excusas para bancármela, claro: la suerte, la convicción socialista, la falta de herencias, nacer en Argentina, haber nacido bohemio...
Hoy estoy con esta excusa:  el Destino me ha reservado la misión de incrementar la consciencia. No es exactamente filosofía, ni arte. Es consciencia. Comprender las cosas de este mundo, desde afuera y desder adentro.
De la misma forma que otros incrementan su capital, yo incremento mi consciencia.




(Mmm... No convencí, ¿no?)