Me resultó revelador leer el término "visión
lateral". Revelador en el sentido en que alguien revelaba, poniéndole
nombre, algo a lo que yo había prestado atención muchas veces.
Lo leí en uno de los libros de Carlos Castaneda.
Explicaba las cosas tal como yo las concebía: tenemos una
visión frontal, con la vemos las cosas normalmente, y luego aquella visión
lateral, que determina un área donde las cosas se ven borrosas. El brujo Don
Juan le explicaba a su aprendiz Castaneda que se trataba de realidades
diferentes, que pueden captarse con diferentes formas de percepción. La visión
frontal aborda la realidad activamente, mirando; en cambio en la visión lateral
las cosas se ven, en una
percepción pasiva.
Hace unos días tuve otra revelación en este campo. Entendí
que aquella visión frontal tiene un foco de apenas 10 grados. Fuera de eso las
cosas sólo se intuyen visualmente. Tenemos por delante una pareja, por ejemplo.
Enfocamos en la persona de la derecha, que es nuestro hijo Santiago. Asumimos
por algunos colores, unas formas y proporciones, que está a su lado nuestro
hijo Fernando. Error: cuando enfocamos en él descubrimos que es un anciano,
disfrazado de ropas de Fernando, con su mismo color de pelo y un tamaño y
proporciones apenas aproximadas.
Si se nos escapa que esa persona no es nada menos que
nuestro hijo, ¿qué no se nos escapará de la realidad? Asumimos que las cosas
son las que intuimos, creemos, creamos que son, pero ¿qué son en realidad?
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