viernes, 10 de marzo de 2017

Carta a mis sobrinos


Todo el día me quedé un poco loco con lo que dijiste anoche, Pauli, de que el cambio que se viene tiene que ser tan grande que no alcanzará con un recambio político.

Hablaste de la ecología. También pensé que podría ser que el ecologismo tampoco alcance. Que el cambio tiene que ser aún más profundo.

Hoy escuché que un chico de la edad de ustedes que decía esto: “político es alguien que maneja poder. Todos podemos hacer algo, de modo que todos somos políticos. Si elegimos no hacer nada, también somos políticos, porque tenemos el poder de decidir no hacer nada. Por ejemplo, si un tipo está apaleando a su perro atado, tenemos el poder de elegir no hacer nada, de seguir caminando. Lo que haríamos con nuestro poder, en ese caso, sería apoyar al tipo”.

A mí también me surge pensar que “no puedo hacer nada”. Pero no sé si es un cálculo o una excusa de mi cobardía. Podría putear al tipo desde lejos. Podría ir a buscar a otros que piensan, como yo, que el tipo no debe apalear al perro.

Es posible que siempre podamos hacer algo. Algo chiquito, que esté a mano. Mis compañeros periodistas van a marchar para que no sigan echando periodistas: puedo, tímidamente, acompañarlos, aunque sea un par de cuadras. Un amigo me pida que le avise a mis amigos que alguien que nos gobierna está diciendo que era una ilusión que podíamos comprarnos un celular. Tengo el poder de comunicarle eso a mis amigos. Siempre se puede hacer algo, no?








2 comentarios:

  1. Sin lucha de clases no hay política ni ecología. Si de veras te importa la ecología andá pensando cómo exterminar a todos los ricos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El ecologismo fue el arma para desactivar los procesos que hervían en los años 60 y 70.

      Eliminar