martes, 1 de junio de 2021

¿Qué se hace con el cadáver de libro?



En la película de ciencia-ficción Rollerball todos los documentos del pasado están guardados sólo en una computadora (tiene nombre como la Hall de 2001 Odisea del espacio). La computadora se puso loca y perdió todo el siglo XII.

Se puso loca y millones de horas de trabajo para registrar y conservar todo el siglo XII ya no se podían recuperar nunca más.

Algo así hizo el emperador Qin Shi Huang, cuando ordenó que sólo existiera un lenguaje y que los demás fueran suprimidos para siempre (cofradías secretas se pasaban de generación en generación una de las escrituras prohibidas, en lugares ocultos para no ser asesinados).

Sabemos que acceder al modo en que otros se enfrentaron a las mismas cosas que nos enfrentamos nosotros, nos enriquece y nos permite desenvolvernos mejor.

Ese acceso nos lo dan los libros, el invento más prístino para la preservación de otros mundos. 

Un libro es una llave a realidades diferentes.

Entre todas las cosas que existen, la llave tiene duración eterna.

También la tiene libro.

Nos da una dimensión extraordinaria recorrer los libros de nuestros abuelos. 

No hablamos del “Texto tibetano de los muertos”, sino del “Libro tibetano de los muertos”.

El libro es eterno porque su contenido trasciende nuestras vidas.

Transferimos ese principio de eternidad al objeto en una operación mágica —ubicados en la magia desde que tocamos la eternidad del libro—, y acabamos olvidando que el objeto libro, el papel, la tinta, tiene un ciclo de vida y una muerte, como cualquier objeto de este mundo.

Podemos tener un libro, quizás toda la vida, quizás hasta algunas generaciones, pero al final acabará desintegrándose. 

Hoy se me desintegra este divino libro de Alexander Pushkin, que me ha hecho muy feliz gran parte de mi vida y al que creí eterno como eterna es la juventud y las palabras de Pushkin.

Pero Pushkin murió (joven aún) y también muere este libro. Las hojas se salen solas, y al tocárselas, se hacen polvo como las alas de una mariposa guardada en un cajón por años.

No sé qué hacer con sus restos. Tirarlo a la basura me resulta sacrílego.

¿Lo enterraré?

¿Lo quemaré?

¿Lo tiraré al río?


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