miércoles, 11 de mayo de 2022

Los hinchas del pibe

Hay un pibito, en Boca, en la primera de Boca, no en las inferiores, sino que tiene que bancarse la presión bestial de ser titular en la primera, el equipo que juega contra clubes brasileños y eso.

Se llama Zeballos. 

Lo que quiero decir de él es que le gusta tanto, pero tanto, tanto, jugar a la pelota, que todo lo demás le pesa, pero parece que no le afecta lo mucho que disfruta.

Si anda por la calle, anda pateando lo que encuentra, una piedrita, un vasito de plástico. 

Si llega a pasar por una plaza donde están jugando, le agarra la angustia de ganas de que se les vaya la pelota para donde está él.  

Es capaz de jugar un picado con una botella de gaseosa vacía como pelota.

Es ese mismo placer que tiene Messi. Puras ganas de jugar a la pelota.

Purísimas.

Y en los partidos eso se ve. Por eso a veces hace macanas, pero también hace cosas maravillosas.

Y muchos hinchas lo festejan.

Hay hinchas, y especialmente periodistas, que no. Lo putean porque no es profesional, porque boludea, porque pierde la pelota, porque no la pasa cuando lo lógico es pasarla.

Él no les dice que no tienen razón.

Nada más juega,

Y también hay hinchas que comprenden. 

No comprenden con la mente, comprenden como hinchas eso de que le gusta tanto, tanto jugar a la pelota. Y por eso lo quieren. En los partidos lo aplauden mucho.

Esos son los hinchas que hacen el fútbol. 



PS. Después de un partido en Santiago del Estero, un chiquito se metió en la cancha, la seguridad lo paró, Zeballos fue hasta él, el pibe le pidió la camiseta, él le dijo que no, que la camiseta no, pero le regaló los pantalones.


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