De los creadores de “esto se termina en tres meses” y de “Milei
es un helado en la parrilla” llega a todos los cines desesperanzados
esperanzados “esto es un veranito financiero” y “esto es una foto, no es una
película”.
Los argumentos van desde “esto ya lo vi muchas veces, en el
95, en el 17, en el 2011” hasta “toda economía financiera es una burbuja, la
economía sólo es sustentable con la producción”.
Es insoportablemente doloroso superponer a la jeta de
cualquiera de las caricaturas que gobiernan las palabras de Arlt: “y que los
eunucos bufen”.
Quizás no haya un futuro establecido, un destino, que el más
sofisticado de los analistas pueda ver —de la manera que un matemático resuelve
uno de esos problemas que nadie puede resolver durante siglos.
Los eunucos sólo son eunucos si no hacen nada, y son
potentes si hacen.
Quizás lo único que podemos hacer en este momento son
predicciones equivocadas, pero si las hacemos con el corazón puro, y no para
defender un kiosquito mezquino de privilegios que conseguimos, entonces hacemos
algo para superar la inmundicia que supimos conseguir.
Quizás se trata menos de quién acierta más rápido y mejor qué
va a suceder, que de hacer que suceda algo mejor.
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