Mi hija de 15 años tiene en la escuela un tránsito tan terso como un viaje en canguro. Pero los otros días me dice “a veces me viene una frase a la cabeza y hasta que no la escribo, no me deja tranquila”. Es posible que cumpla mis anhelos frustrados de fracasar en la escuela y llegar a escribir como la gente.
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