miércoles, 17 de abril de 2013

Triste amorcito ya sin flores



Te traje flores, no tan esmeradamente como para que nunca faltaran en tu casa, pero sí bastante seguido. Al principio las agradeciste, luego ya no. Y luego ya las dejabas arriba de algún lugar, por ahí. Iba yo y las desenvolvía, le cortaba las puntas y las acomodaba en el florero. Pensé que no las valorabas porque te las traía sin permitirte desearlas y entonces ya no te llevé más. Pero no volviste a pedirlas. Ahora nada me indica que las extrañes, ni que las desees, ni que las recuerdes.