domingo, 17 de enero de 2016

Los muros de los lamentos


En 1976 los argentinos tuvimos una dictadura militar —como las que ya habíamos tenido varias, tantas que se habían hecho sistemáticas, tantas que se podría mirar la historia política argentina  como una alternancia entre gobiernos civiles y gobiernos militares.
La dictadura que tuvimos entre 1976 y 1983 fue asquerosamente perversa e infinitamente abusiva y criminal contra la población, desastrosa como administración y cumplió con su objetivo de eliminar toda amenaza a las grandes propiedades privadas, o sea, los grandes capitales.
Dejó muertos, torturados, padres sin hijos, hijos sin padres, una sociedad mutilada, castrada de iniciativa y económicamente quebrada y endeudada por décadas.
Terminada, necesitamos mil años frente al muro de la sorpresa.
Mil años frente al muro de la indignación.
Y necesitamos aún empezar con mil años frente al muro de entender por qué la convocamos y luego la apoyamos en masa.

Sin entender por qué nos dimos la orgía de la dictadura del 76 estamos condenados a, de una u otra forma, repetirla.









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