La novela del Quijote no tiene moraleja.
Sin embargo, las últimas palabras de Sancho Panza a don Quijote, que yace en la cama a punto de morir enfermo, las escuchamos en el oído.
Le dice: “no se muera usted”.
Le pide que no se muera, que se levante, que tiene muchas aventuras para vivir aún, que mucha gente lo necesita, que muchas damas necesitan que batalle por ellas, que el mundo necesita que él acometa contra la injusticia, que él, Sancho, lo necesita para vivir.
No lo consuela, no le dice que va a estar bien, no le aconseja que descanse y que viva una vida tranquila, ya que cumplió su misión.
Por egoísmo y porque lo ama, ama a su amigo loco, le dice que no se puede morir allí en la cama, que por favor muera en la batalla.
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