Traducir el chino al español es tan imposible y posible como
traducir un sueño a las palabras, a una pintura o una película.
El sueño definitivamente tendrá un lugar en la realidad,
pero invariablemente su materialización será un fracaso respecto de lo que el
sueño es en su estado propio.
Es como querer pasar un pato de un lado a otro de una picadora
de carne.
Y sin embargo, insisto, insisto, la masa sanguinolenta
amorfa de carne, huesos, tripas y plumas está de este lado.
Qué raro es cuando alguien hace lo que uno siempre quiso
hacer y sabe que nunca podrá.
Uno se siente completo de una extraña manera.
Lucas Turturro está preparando la instalación La sombra invertida, hecha de pantallas en las se proyectan sueños de películas.
Me deja pleno, como si fuera mi hijo. Puedo morir tranquilo.
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