miércoles, 4 de junio de 2014

Salió el número 9 de Dang Dai, gan bei!



Para la historia quedaron el pacto de Roca con los ingleses, el virreinato de España, la frase “relaciones carnales” que coronó medio siglo de dependencia de los Estados Unidos, el Mercosur y luego el rutilante momento en que se erigieron Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, Bolivia y Venezuela, y quedará para la historia la relación con China.

Esta nueva relación, que esperamos sea más equitativa que otras, se fundó en un año que tiene nombre y apellido: Dos Mil Cuatro.

Para construir el cimiento de la relación entre estos, los países más alejados entre sí del planeta, ese año viajó a China el presidente Néstor Kirchner y viajó a la Argentina el presidente Hu Jintao.

Una década después llega a la Argentina otro presidente chino, Xi Jinping. Ese hombre tiene en sus manos mucho más que la vida de 1.300 millones de personas: en su decisión está el equilibrio mundial. En Buenos Aires podrá hojear la revista dedicada al intercambio cultural con su país, Dang Dai.

Si mira el último ejemplar, tendrá el número 9, que acaba de salir, con un paisaje en la tapa en el que se funden Mendoza y Liaoming, de viñedos con unas montañas al fondo, y sobre las montañas, la Gran Muralla.

El magnífico cuadro, pintado en vino, es de la artista mendocina Mema Hanon.

Fue aplicado en la tapa por los diseñadores de lujo de Dang Dai, Diego Fieramosca y Diego Pallanch.

El paisaje es de viñedos porque el tema de este número 9 es la exportación de vinos finos argentinos a China. Tema inmejorablemente tratado por Pablo Helman, con columna de Karina Fiezzoni.

En otras notas de cultura empresarial Alejandra Conconi cuenta cómo labra el entendimiento entre argentinos y chinos dentro de las empresas y Andrés Ruggeri adelanta algunos aspectos del encuentro entre legislaciones y tradiciones laborales cuando las empresas chinas se instalan y emplean argentinos.

Más de entendimiento: Luciana DenardiAna KuoAntonio Chang y Gustavo Ng encaran frontalmente los obstáculos a la convivencia que ocasionan los prejuicios contra los chinos —y también de los chinos contra los argentinos.

Si Kirchner sentó las bases de la relación con China, hubo un adelantado que labró el camino en el plano empresarial: Franco Macri. Para este número de Dang Dai el industrial recibió a los editores en su casa, donde charlaron y donde Leandro Teysseire planteó una producción de fotos que también quedará para la historia.

El caso del gigante Cofco, que compró las semilleras que dominan el mercado argentino, es analizado porNéstor Restivo.

La semióloga Lelia Gándara escribe uno de los mejores artículos de toda la colección de Dang Dai, dedicado a explicar con generosidad y rigor, cómo se crean los sinogramas.

Ya metida dentro de la escritura china, la Asociación Cultural China Argentina presenta caligrafía de sello Zhuanzu, hecha especialmente por Ana Qing.

Y desde la sabiduría de esos caracteres que han permanecido los mismos por cinco mil años, los títulos y bajadas son obra de los dos chinos intelectuales que viven en Argentina: Susana Liu y Pablo Zhong.

En imágenes, el fotógrafo Nicolás Levín, sinófilo experto, ensaya con dedicación desmesurada chinos argentinos con atuendos y situaciones altamente sugestivas.
En otra galería están las oníricas fotos de Ronnie Keegan, surgidas de noches de trabajo entre Buenos Aires y Shanghai.

Manuel Yomal retrata la vida interior del dragón y el perro que se agitan y lideran, guiados por Germán Bermúdez, las grandes fiestas callejeras de China en Buenos Aires. La actividad está ligada al kung fu, tema que lleva otra nota: Daniel Dottore cuenta su peregrinación a Hong Kong, adonde fue a aprender de manos de su maestro.

De Hong Kong es también Johnnie To, cineasta genial, presentado y analizado por Fabián Roberti.

Y a Hong Kong están dedicadas las páginas de cultura turística, en una nota de Mariana Lafont.

Silvia Abollo, una de las profesoras que más sabe de cultura y literatura china en Argentina, rescata los dibujos y la propuesta del dibujante Feng Zikai.

Marcela Fernández descubre dentro de la explosiva vida interior del pintor Xul Solar las profundas huellas del I Ching y otros enigmas del mundo chino.

La educación tiene espacio amplio. Por un lado se retrata la escuela Sin Heng, primer centro de enseñanza de idioma chino en Buenos Aires y colegio para los chicos de Taiwan, ahora con una carrera terciaria coordinada porRoxana Huang. Por otro, el primer colegio bilingüe castellano-chino, en la Ciudad de Buenos Aires.

El arquitecto Hernán Maldonado, genéticamente marcopoliano, presenta su excepcional, experta y mística mirada de los espacios de Beijing.

Pietro Sorba, cheff encumbrado, traza una historia de los restaurantes chinos en la capital de Argentina.

El Museo Nacional de Arte Oriental, en texto de Annush Katchadjian, presenta una de sus joyas: los botones de los gorros de los mandarines.

Lina Ji, la voz china de Argentina en RAE, Radiodifusión Argentina al Exterior, habla también en las páginas de Dang Dai.

Una revista que busca contenido sólido, que empate la eminente calidad visual trazada por los fotógrafos mencionados, además del maestro Horacio Paone, con edición de Victoria Schirinian.

La literatura argentina tiene un lugar con una semblanza de Juan Gelman, quien tuvo (también eso), una larga historia con China. Formidable nota de Federico Von Baumbach.

Finalmente, la década de la que hablamos al principio, primera década, años fundacionales, que será rubricados en julio cuando pise Argentina el presidente Xi, es analizada por los especialistas en relaciones internacionalesEduardo Oviedo y Jorge Castro.

Podría arriesgarse que estamos, desde que arranca el milenio, materializando nada más ni nada menos que una propuesta o vaticinio de otro patriarca de la historia política argentina, Juan Domingo Perón: la Tercera Posición.


Pero eso será tema de otra edición de Dang Dai. Por ahora, invitamos a disfrutar de este número.


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