Una mujer le dice a otra en el aeropuerto, esperando que se
haga la hora para tomar el avión: "Cuando estaba enamorada de él, sólo
veía lo que tenía de luminoso. Era un príncipe, altivo, soberbio, con esa cabellera
como de un dragón. Y tenía ese toque de hijo de puta que me mataba. Ahora que
eso se me pasó, estoy enamorada de su fealdad".
La otra ríe. Ella continúa:
"¿No es feo? A veces lo miro y pienso '¿cómo puede haber
un hombre tan feo?' Y justo me tocó a mí. Peor, ¡lo elegí!"
La otra ríe a carcajadas.
"Pero podés creer que es por eso que me gusta. ¿Me podés
explicar eso?"
"No".
"Y vos no te rías tanto, que el tuyo no es Alain
Delon".
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