sábado, 7 de abril de 2018

Dale que va



El chanta es un estafador al que se perdona.
¿Por qué se lo perdona?
Se perdonó durante una década al chanta de La Rioja.
¿Por qué es simpático?
No.
Porque está mal pero no está mal estafar, robar.
Porque sabemos que en el fondo vivimos en una economía en estado de robo.
Los bancos roban, las empresas roban, los políticos roban.
Y roban legalmente.
Instalado el robo legal, lo que se instaura en el fondo es el robo.
Hay que ser un fanático, un héroe, un freak para no robar cuando tenés la oportunidad.
La oportunidad de hacerle un juicio al Estado que sabés que vas a ganar.
La oportunidad de pasar por el molinete del subte sin pagar.
La oportunidad de subir un poco más el precio.
La oportunidad de pagar por los servicios que te hacen ganar una licitación.
Todo eso que llaman grandes y pequeños actos de corrupción.
No son excepcionales, son un sistema total, el mecanismo básico de la economía capitalista.
Insisto, unos robos son ilegales, otros no.
Sabemos, incluso, que las mayores transferencias de dinero son legales.
Es el estado “Cambalache”, ¡dale que va!.
Y entonces cómo pedirle a alguien que no salte el molinete del subte.
Así las cosas, no se le retira apoyo a los gobernantes porque roben.
Fulano de tal tiene millones de dólares en una cuenta offshore, sí, ¿y vos qué harías si tuvieras millones de dólares? ¿Los dejarías acá para que te los roben los bancos, o el Gobierno cobrándote impuestos desmedidos?
Entonces las críticas a las empresas que promovieron la dictadura militar del 76 para enriquecerse y las críticas al presidente porque tiene dinero en Panamá se desinflan. Sirven para el indignómetro de las viudas del kirchnerismo que eligió abdicar el poder.
El resto de la gente va por otro lado.




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