Es un fenomenal título Eternal
Sunshine of the Spotless Mind para un
guión de maciza calidad (de Charlie Kaufman, pare ser filmado por Michel Gondry).
Y en español inclusive parece mejorar; alguien le puso con buen sentido del
lenguaje Eterno resplandor de una mente
sin recuerdos. Podría haber sido Eterno fulgor de una mente en blanco, o Eterna
resolana de una mente inmaculada, si se hubiera resuelto un nombre
telúrico.
Alguien más avezado en el inglés me explicará por qué se usó
sunshine en lugar de shine. Resplandor expresa la película afinadamente, sin necesidad del sol,
y Stanley Kubrick pudo utilizar shine
igualmente.
Kubrick inauguró el resplandor como emblema en que se encarna el terror. En cambio, en Eterno resplandor… es uno de los términos en la ecuación del amor. El resplandor puede ser la fatalidad del amor. O puede expresar que el origen, materia y sustento del amor llega de otro orden de la realidad. Cuando dos personas se enamoran viven en otro mundo, lo que les pasa las transporta a otra existencia. A un estado acaso divino.
El resplandor, en
fin, parece nombrar al amor.
Decía que si en lugar de resplandor
se hubiera usado resolana, la traducción
habría sido al criollo. Resolana es
aquella zamba con música de Eduardo Falú y letra de Jaime Dávalos. Como Eterno resplandor…, cuenta una historia de amor. Aunque la de
Dávalos es muy ordinaria, el letrista se las arregló, de todos modos, como
solía hacerlo, para colar alguna figura notable. Dice:
Que te quede de mí la
ternura,
Como resolana debajo
la piel.
Me viene a la mente otra película, El rayo verde, de Éric Rohmer. Es la historia de una mujer que no
puede escapar a la soledad. Busca en los lugares
convencionales el amor que la salvará, hasta que se harta y abandona. Siendo cine realista,
en la trama hay cosas buscadas con afán apasionado que juegan el capricho de
aparecer sólo cuando se ha desistido. Delphine conoce a un hombre sólo luego de
haberse resignado a estar sola. Con la crudeza descarnada de las relaciones de un
hombre y una mujer sin intermediarios, ella no cifra en él esperanzas, no se
entrega al amor. Andan por ahí, sin expectativas respecto de ellos, en medio de
la sordidez en que naufraga el estado humano en la aburrida humanidad europea.
Pero he aquí que aparece algo. Uno de los dos le cuenta al otro una leyenda: a
veces cuando se pone el sol sobre el mar, por un instante se forma un rayo
verde, y si dos personas lo ven a la vez, quedan enamoradas para siempre. El
tema pasa inmediatamente, se olvida porque nada parece realmente importar. Con
el desarrollo de la historia, sin embargo, la ilusión va germinando y creciendo
imperceptiblemente, hasta que al final están los dos frente al mar, al
atardecer, el sol gordo, líquido y anaranjado se va hundiendo en el mar, y en
el instante que desaparece, vemos un rayo verde hacer un fugaz y mágico
resplandor.
Fulgor
Brillo
Resplandor
Destello
Relámpago
Luminiscencia
Luminosidad
Refulgencia
Deslumbre
Claror
Relumbro
Albor
Resolana
En fin, se ha cumplido un año que estamos juntos.