viernes, 5 de agosto de 2022

Lo que el viento se lleva

 En China siento que las últimas décadas se ha admirado mucho a Estados Unidos.

Mucho.

Ha sido -continúa siendo para muchos- la América de nuestros abuelos. 

Miles de familias mandan a sus hijos a estudiar a las universidades norteamericanas. 


A esto se superpone el sentimiento que gana protagonismo estos días entre los chinos: “Estados Unidos no nos va a pisotear”.

Ante la arrogancia de Estados Unidos, que tuvo un momento de éxtasis con Trump y que ahora Biden desarrolla con una batería de manotazos, surge el nacionalismo chino.

Desde China se ve a Estados Unidos saliendo a prender fuego el mundo para poder mantener su lugar como primera potencia mundial.

El embate parece desesperado, como una reacción a la amenaza de la pérdida de la primacía.


En el avión que me trajo desde Estambul hasta Guangzhou volví a ver Lo que el viento se llevó.

Al principio de la película aparece un texto que dice:


Hubo una vez una tierra….

Aquí fue donde se vio por última vez… al Amo y al esclavo.

Sólo la encontrarán en libros, porque ya no es más que un sueño recordado.

Una civilización que se fue con el viento.




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