sábado, 14 de abril de 2012

Malatesta


Jugando al tutifrutti a alguien se le ocurrió la categoría “LOS QUE QUISIERON SER FUTBOLISTAS”.
Salió la D. Uno de los participantes se avivó y puso DIEGOMARADONA.
Eh, le dijeron, ese llegó.
¿Y quién dijo que no podía haber llegado?
Tenía razón, pero inmediatamente se corrigió la normativa de la categoría, que pasó a “LOS QUE QUISIERON SER FUTBOLISTAS PERO FRACASARON”.
Aparecieron casos de famosos: en la P PAVAROTTI, en la R ROD STEWART, en la C CHICO BUARQUE, en la J JAIME ROOS, en la B BJORN BORG, en la H HERMANO MÁS CHICO DE MARADONA (ese fue muy discutido). En la T apareció TAKAHARA, también censurado porque si lo compró Boca no fracasó, y si vamos a poner a todos los que no fueron cracks... además, Takahara jugó en la selección de Japón, a lo que se le contestó con el sentido común, bué, me vas a decir que Takahara no fue un fracaso…
Pero todo fue bastante bien, hasta que el mismo vivo que había puesto DIEGOMARADONA, el vivo de siempre, en la M puso MALATESTA.
¿Y quién es ese?
Y, MALATESTA, uno que vive en mi edificio, que está en Deportivo Paraguayo.
¿Qué es? ¿Un club?
Y sí, Deportivo Paraguayo.
Pero, ¿otra vez? Si juega en un club, ya dijimos que no es frustrado.
Pero además escuchame, ¿quién lo conoce?
¡Yo lo conozco!
Ah, entonces yo pongo Mongo Aurelio y quién me discute.
¡Perdón! ¿Quién dijo que tenían que ser famosos?
Pero estábamos poniendo famosos…
¿Y?...

La discusión siguió un rato. No recuerdo si el que conocía a MALATESTA perdió los 10 puntos que le correspondían por MALATESTA o si se los concedieron pero cambiaron otra vez la normativa. Lo cierto es que en el camino a su casa se puso a pensar en el Gordo Malatesta. Era el utilero de Deportivo Paraguayo. También era de Boca, pero amaba a Deportivo Paraguayo. De chico era bueno jugando al fútbol, se destacaba, pero cuando fue a probarse ya la competencia era muy cerrada y fue quedando afuera. ¿Y qué? Lo que a él le gustaba era estar en los partidos, la hinchada, la competencia adentro de la cancha, las camisetas brillantes, los goles, la dicha de la victoria, la moral para bancarse las derrotas. Y todos sus amigos anduvieron siempre por el club. Toda la vida. Trabajó de esto, de lo otro, desde pibe, siempre dando una mano en el club, siempre yendo a los partidos. A los 20 años ya era el utilero. Y no largó más. Ahora tiene como 40, está gordo, le dicen El Gordo, no se puede atar así nomás los cordones de las zapatillas, pero es el utilero histórico. Ni se acuerda de que quiso ser futbolista. Él lo que quería era estar ahí, en los partidos.



2 comentarios:

  1. Siempre la misma pregunta, Cuál es el éxito?.Cuándo es que uno llega?
    Gi

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  2. A mí me parece que el éxito es hacer algo. En posible, una macana.

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