lunes, 9 de septiembre de 2013

La exclusividad de la bicisenda


Ahí estaba, justo, el colectivo 130, que la vez anterior había tardado tanto en aparecer.
Cuando hube picado unos diez metros, al acercarme al cordón de la vereda sentí que alguien me gritaba desde atrás, bastante cerca:
— ¡Eh! ¡Pero cuidado! ¡Voy corriendo por acá!
Era un hombre de unos 60 años, alto, vestido con el uniforme perfecto de jogging (juego de pantalón y campera de estreno, camiseta blanca reluciente, zapatillas reglamentarias, anteojos asegurados con una goma por detrás de la cabeza, gran reloj que mide y registra signos vitales, iPod).
Me di vuelta sin entender qué le pasaba. Me explicó reprochándome:
— ¡Te metiste sin mirar! ¡Casi te atropello!
Pensé que el tipo estaba loco. Yo corría por la calle: ¿dónde me había "metido"?
No podía entender por qué me estaba increpando. Yo venía corriendo más rápido que él, de modo que no había modo de que lo haya obstaculizado, y en todo caso la avenida Libertador es amplísima, no había modo de chocarnos.
Como el tipo seguía diciéndome cosas lo mandé al carajo y subí al colectivo. Sólo cuando pasó un rato, mientras iba un poco apretado, con mucha gente en un espacio bastante reducido, empecé a entender que el tipo iba por una bicisenda, o sea, por una senda exclusiva. Si uno ocupa un espacio exclusivo, cualquier ingreso de otro es una invasión -lo que acaso se potencie si el invasor es un sujeto que comete la negrodemierdada de correr un colectivo. El tipo no iba en bicicleta, pero la bicisenda parece legitimar y aún crear un espacio privado, en el que el "sólo ciclistas" extiende la exclusión de los colectivos a las motos que hacen delivery, a los peatones y a los cartoneros.
O sea, adoro la bici, conocí mi ciudad y los caminos de alrededor y luego los campos de alrededor un mí bici; le enseñé a andar en bici a mis chicos apenas tuvieron edad, adoré ver la multitud en bici en La Habana y quisiera proponer,  es más, propongo en este texto que se le pongan tiranas restricciones a los automovilistas para que usen bicicleta en lugar de su auto, pero no puedo dejar de advertir que la actual onda ciclismo conlleva algunos elementos de pelotudismo elitista herederos de la parte más fiera de nuestra sociedad.