viernes, 6 de marzo de 2015

Hable con él

En un sueño, entré por la ventana de la planta alta a una casa en un barrio de chalets. Había una revolución. Todo era un caos, no había gobierno, ya no había propiedad privada, todo se había subvertido. La calles estaban desiertas, salvo cuando aparecían algunas personas corriendo. Yo había andado todo el día y estaba agotado. Entré en un cuarto chiquito, con una cama individual, un ropero y una silla, y me tiré a dormir. Desperté (siempre dentro del sueño) en la última claridad del día, cuando ya nada se puede distinguir, y había una persona sentada en la silla, vestida de negro y con la cara negra. No me asusté, pero le pregunté quién era, y antes de que respondiera ya vi que era el Demonio. Me dijo que no era malo, que en algún momento los hombres tomaron su cara para ponerle imagen al Mal, pero él no tenía la culpa. Su tono de voz apacible me convenció y charlamos agradablemente durante un largo rato, hasta que volví a dormirme.



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