Fíjensé lo que escribió Adriana Almagro, escritora gigante:
Otra escena de la marcha por los 40 años del golpe, y me siguen cayendo fichas:
Y en eso, un flaco de 80 pirulos, agitando su cartel con la foto de un desaparecido, empieza a gritar desbordado de alegría:
"Nora, Norita!"
"Nora, Norita!"
Estaba con un par más, tan desbordantes como él.
Se suben al cantero, bajan y salen a la avenida por donde Nora Cortiñas venía con su paso pequeño, rapidito, constante, firme, por un costado para entrar en la columna.
Se suben al cantero, bajan y salen a la avenida por donde Nora Cortiñas venía con su paso pequeño, rapidito, constante, firme, por un costado para entrar en la columna.
Y de golpe, se detuvo todo.
El tiempo paró. Nadie se movía en ese desorden que era la espera para ver hacia dónde avanzábamos.
El tiempo paró. Nadie se movía en ese desorden que era la espera para ver hacia dónde avanzábamos.
Todos giramos y vimos ese abrazo infinito entre ellos, los de 80 y tantos que parecían capaces de parar el mundo en ese momento para un instante de felicidad íntimo entre ellos, como chicos abrazándose dando saltitos casi apenas.
Y de repente: "Es Nora, Norita, Norita!" empiezan a gritar ramilletes de pibes de los barrios del conurbano, de murgas, que no llegaban a los 20 años, de primaria, que se acercan a hacerse una selfi con ella, a abrazarla.
Una amiga me mira y me avisa: Voy a llorar.
Yo no puedo ni hablar.
Y siento que soy feliz, en ese segundo en que ellos paran el mundo.
Y que no nos han vencido.
Y siento que soy feliz, en ese segundo en que ellos paran el mundo.
Y que no nos han vencido.
* * * * * *
Tantos años los 24 de marzo en La Plaza. El resto del año, con
algunos nos vemos siempre, con otros no nos vemos nunca, pero el 24 nos
encontramos, sin quedar en ir juntos. Nos encontramos como nos encontramos con
toda la gente. Han pasado parejas, hijos, carreras, mudanzas, gobiernos. Somos
algo los 24, algo como parientes.
Yo quisiera tener la posibilidad de no tener que ir, de
asimilar lo que pasó, poder olvidar. Lo que pasa es que no nos dejan. Tenemos
que volver a ir a La Plaza, tenemos que seguir estando para que se haga
Justicia, porque todavía no hay Justicia. Quisiera encontrarme con mis amigos
por otro motivo, recordar todos los años que fuimos a La Plaza, y es heroico y
digno ver cada año que los amigos no fallan, que allí están, pero quisiera
entregar esa épica porque la inmundicia que fundamentó el Golpe del 76 y la
inmundicia que instaló haya quedado atrás.
Mientras, nos vemos el 24.
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