Queridos paisanos chinos
en Argentina y descendientes:
Cuando uno está en
otro país, se mantiene apartado.
No se quiere meter.
Es lógico.
Bastantes problemas tiene uno con su vida, haber dejado atrás la Patria donde
nació, y tratar de instalarse en Argentina.
Pero poco a poco
las cosas del nuevo país se van metiendo en tu vida.
Si los precios
suben, te afecta. Los ladrones vienen a robarte al supermercado. Los cortes de
luz. Saqueos. Un corralito. No permiten la importación. Nuevas reglas para
alquilar. Etcétera.
La Argentina se va
metiendo en nuestras vidas, y mucho más en la de nuestros hijos.
Como la Dictadura
Militar que tuvimos entre 1976 y 1983 sigue metiéndose en nuestras vidas, siento
la obligación de contarles qué fue lo que yo vi que sucedió y sigue sucediendo.
Hay un sistema
económico que conecta a todo Occidente.
En ese sistema hay Dueños
muy fuertes. Algunos permanecen, otros no, algunos quiebran, otros se
fortalecen. Cambian.
Voy a llamarlos
Buitres.
Los Buitres quieren
siempre poseer más. Para ello utilizan gobiernos y fuerzas físicas: ejércitos,
policías, asesinos a sueldo.
Desde los años 50
vieron amenazadas sus propiedades por movimientos sociales en diferentes
lugares del Mundo. Contraatacaron defendiendo sus propiedades y avanzando sobre
las propiedades de los demás.
La forma en que
hicieron eso en la zona de América Latina fue a través de golpes de Estado,
planificados desde Estados Unidos y otros países centrales. Hicieron que los militares
echaran a los gobiernos y tomaran control de la situación. A eso se le llama
Golpe de Estado y Dictadura Militar.
A los Buitres no
les interesa la legalidad ni los derechos. Sólo les interesa poseer más.
En Argentina,
supieron aprovechar un momento político desastroso. Así, casi todos los
argentinos estaban contentos con la Dictadura Militar, porque terminaba con un
gobierno que le complicaba la vida a todos.
El Gobierno de los
militares resultó peor. Fue mucho más corrupto y utilizó todas las fuerzas militares
y de seguridad para torturar, robar y matar sin límites.
La economía terminó
siendo peor para la gente.
Pero terminó siendo
muy buena para los Buitres.
Los militares impusieron
el terror. Por ejemplo, teníamos miedo de todo cuando nos enterábamos de que
nuestro dentista, su esposa y sus tres hijos habían sido secuestrados por
soldados, y pasaban los días y no sabíamos qué pasó con ellos.
Con todo el mundo
aterrorizado y amenazado por el propio Gobierno, los Buitres controlaron y cambiaron
la economía, haciendo que Argentina se endeudara mucho más de lo que podía
pagar, y abriéndola a la importación barata de productos que se fabricaban acá
(las fábricas cerraban porque no podían competir).
El resultado es que
los Buitres se apropiaron de una parte mayor de Argentina de la que ya poseían,
y sobre todo, instalaron un sistema que les permitía ir apropiándose cada vez
más.
Dije que la
Dictadura Militar de 1976 continúa metiéndose en nuestras vidas, porque desde
entonces cada vez más el dinero que producen los argentinos es tomado por los Buitres.
Eso continúa hoy.
Fue ilegal entre
1976 y 1983, y desde entonces es legal, pero continúa.
Y no es Argentina contra
los Buitres. Los Buitres también están en Argentina.
Los militares dieron
el golpe de Estado mandados también por los Buitres argentinos —muchos
militares, además, estaban muy enlazados con Buitres.
Por eso ustedes escucharon
hablar en los últimos años de “Golpe Cívico-Militar”.
Los militares no
actuaron por iniciativa propia, sino por un plan de Buitres de afuera y de
adentro. Muchos empresarios argentinos promovieron la Dictadura Militar para
beneficiarse, en aquel momento y con el plan que los militares instalarían.
O sea, muchos Buitres
argentinos sigue beneficiándose, 40 años después.
Y ese beneficio es
a costa del trabajo y de la vida de los demás.
Incluidos el
trabajo y la vida de los chinos que viven en Argentina y sus descendientes.
Finalmente, la
Dictadura Militar también fue posible porque los argentinos la apoyaron.
Como dije, la
apoyaron porque significó el final de un momento político insoportable. Pero
también la apoyaron por otros motivos.
Por ejemplo, la
apoyaron porque hay en cada argentino, más grande o más chico, un entusiasmo
por el autoritarismo. Es el amor a los fuertes violentos.
También la apoyaron
porque se sentían más parte del Primer Mundo. Con un dólar barato los
argentinos estaban felices de ir de compras a Miami. Es el amor a sentirnos
superiores.
Esos son sólo dos
entre otros motivos que hicieron que la gran mayoría de los argentinos apoyara
la Dictadura Militar.
Y creo que esos dos
amores y otros motivos continúan y siguen mandando sobre nuestras vidas.
La Dictadura Militar
terminó en 1983, pero los motivos que la instalaron y sus consecuencias siguen
vivos, y no fueron ni son cuestionados por la mayoría de los argentinos.
- Funcionaron 340 centros clandestinos de detención, donde se torturaba y mataba a los detenidos
- Cerca de 900 represores fueron enjuiciados, de los cuales 600 fueron condenados. Cientos no pudieron ser acusados.
- Los militares se apropiaron de cerca de 500 niños, de los cuales 116 fueron restituidos a sus familias por los organismos de derechos humanos.
- La deuda externa pasó de 7.000 a 44.000 millones de dólares
- Se cerraron 20.000 fábricas
Comprendo que nadie
haya llegado a este párrafo.
Estoy contando algo
que nadie me preguntó.
Escribo estas
líneas porque me siento responsable de hablar, de no callarme.
Lo que puedo
aportar a las demás personas es mi pensamiento y mi palabra.
Sólo estoy
cumpliendo con mi compromiso de hacer algo porque nuestras vidas y la de
nuestros hijos sea mejor.
Gustavo Ng
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