A veces me parece
que aquella forma de resolver un enigma sentado dentro de un escritorio fumando
en pipa y pensando agudamente con los ojos entornados, es un juego, pero no da
en una solución.
Pienso que no
existe un enigma que tenga una solución.
Pienso que a veces surge
la necesidad de hacer algo frente a una situación, y que cuando una sociedad o
una persona se largan a hacer algo impelidos por la inquietud y pensando que
van hacia una solución, construyen un camino. Si llegan a un lugar, pueden
decir que arribaron a la solución, porque recorrieron el o un camino correcto.
En realidad,
insisto, crearon el camino.
Nunca habrían
encontrado lo que entienden como solución si no se hubiesen largado a la
acción.
Y es creando esos
caminos, construyendo esas estructuras, viviendo esas vidas en la materia de la
realidad, como se enderezan los asuntos interiores que creaban la inquietud
inicial.
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