Cuando le informaron a
Winston Churchill que la India estaba al borde de la rebelión, dijo que el
Imperio en el que nunca se pone el sol no podía arrodillarse ante un fakir
semidesnudo.
El fakir era Mahatma Ghandi.
Lo que buscan las oligarquías
en su relación con el populacho es no tener relación. Quieren que la turba
abyecta esté lo más lejos posible.
O sea, quieren que produzcan
riqueza allá donde están, fuera de su vista.
Le temen y lo aborrecen.
Para la oligarquía argentina,
ese populacho fueron los indios, los africanos, los gauchos, los inmigrantes
famélicos, las masas, los provincianos, los peronistas, los inmigrantes
limítrofes. Los cabecita negra, los negros, siempre los pobres.
Entre ellos, algunos quieren
ser ricos, y entonces adoptan el punto de vista y los sentimientos de sus amos.
He sentido el odio visceral
contra los bolivianos en el colectivo, “¡volvete a tu país, boliviana de mierda!”.
Una y otra vez el candidato a
vicepresidente Miguel Pichetto se despacha con alguna frase brutal como “el
problema es que nosotros siempre funcionamos como ajuste social de Bolivia y
ajuste delictivo de Perú”.
En una reunión sobre medio
ambiente en un hotel muy lujoso, entre dos personas de trajes impecables,
escuché que hablaban con aquel miedo y desprecio de El Indio. Me quedé para
saber quién era El Indio: Evo Morales.
Lo que resulta interesante es
que ese El Indio demuestra cómo un país que no está gobernado totalmente por su
oligarquía, aunque tenga un pasado espantoso, puede crear bienestar y dignidad
en su población.
No quiero ser subjetivo. Evo
Morales es presidente de Bolivia desde 2006. Ayer en su programa en Somos Web, Daniel Tognetti
entrevistó a un amigo suyo de Bolivia.
Tognetti no podía creer
algunas cosas que dijo su amigo.
Con la típica parquedad de los
auténticos bolivianos ofreció datos que parecen utópicos.
Desde 2006 el año que menos
creció el PBI de Bolivia fue 3,36%.
En 2011 la inflación fue de
9,88%. Desde entonces viene bajando, el año pasado fue de 5%.
En 2009, el dólar costaba 6
pesos bolivianos. Hoy cuesta 6 pesos bolivianos.
Bolivia es el país de
Sudamérica con menor deuda sobre el PIB, 15% por debajo del promedio regional.
También es asombroso que no
se esté demonizando a Bolivia allí donde se crean los demonios, desde Paraguay en
el siglo XIX a Venezuela en el siglo XXI.
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