Qué lindo es cuando una persona prepara la casa porque va a
recibir visita.
Cuando yo iba a San Nicolás, mi mamá limpiaba todo, hasta
lavaba las cortinas, descongelaba la heladera, hacía baldear el patio, sacaba
el polvo de los cuadros y de los retratos de mis chicos, se lavaba el delantal.
Compraba una parva de salamín y queso, se aseguraba de que hubiera un cepillo
de dientes para mí, por las dudas me compraba ropa interior y desde dos días
antes se ponía a cocinar guiso de mondongo, que es mi comida preferida.
Gracias, madre.
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