sábado, 18 de abril de 2020

El que se va


Cuando Carlos se dio cuenta de que yo me di cuenta de que se iba, hacia un costado me dejó una frase casual. "Fijate que la nena necesita zapatillas", me dijo.

Me quedé donde estaba, mirándolo. Se iba lentamente, tranquilo, inexorablemente hacia el mar.  No se volvió para mirarme. Iba como quien va hacia el galpón a buscar los enseres para ensillar el caballo.

No sé qué estaría sintiendo él, pero cuando metió los pies en el agua, sentí la necesidad de que no hiciera eso solo. Fui hasta su lado y caminé con él.

Caminamos hasta que el agua nos tapó. La pollera se me subió, me envolvió la cara.
Entonces lo perdí.  

Yo me quedé sumergida, cada tanto sacando la cabeza fuera del agua para respirar.








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