domingo, 1 de noviembre de 2020

Gaita maricón

Esto ocurrió en 2012.

En una carrera de cross country, el keniano Abel Mutai estaba a sólo unos metros de la meta y confundió con la señalización. Creyó que ya había completado la carrera, pero aún faltaba. 

El español Iván Fernández llegaba segundo a unos metros detrás de él y al darse cuenta de lo que estaba pasando, comenzó a gritarle que siguiera corriendo.

Pero el negro no entendía el castellano. Saludaba a la gente como triunfador.

Entonces el español lo llevó hasta la línea de llegada, medio a los empujones, y lo hizo atravesarla primero. 

Un periodista le preguntó al español: "¿Por qué hiciste eso?"

"Mi sueño es que algún día podamos tener una especie de vida comunitaria", respondió.

El periodista insistió, "pero ¿por qué dejaste ganar al keniano?"

Iván respondió: "No lo dejé ganar, iba a ganar".

El periodista volvió a insistir: "¡pero podrías haber ganado!"

Iván lo miró y respondió: "pero ¿cuál sería el mérito de mi victoria? ¿Cuál sería el honor de esa medalla?"

Y añadió: “¿qué pensaría mi mamá de eso?"

En suma, un pollerudo. 



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