domingo, 12 de enero de 2025

Coyuntura - Los chicos

Hicimos una llamada de video con una antigua novia, yo en Buenos Aires, ella en Paraná. Los dos tomábamos mate mientras charlamos, ella en la cocina de su casa. Apareció a su lado un hombretón de unos 40 años, con bigotazos de turco y energía de hombre de campo. Era el hijo. Mi amiga me lo presentó y me dijo:

— Ves, este boludo está con Milei. 

Al tipo no se le movió un pelo.

— ¿Vos no estuviste en Malvinas? —me preguntó ella.

— No —le respondí—, entré después al servicio militar. Me salvé de que me mataran o de que me cortaran las piernas. 

— Te salvaste de que te asesinara a la Thatcher, y Milei es admirador de la Thatcher. ¿Qué decís vos de la Thatcher, también la admirás? —le preguntó al hijo.

— ¿A quién? —respondió el hombretón. 

— La Thatcher, la pirata. ¿No sabes quién es?

— No.

— ¿En serio me decís, o me jodés? 

— No sé quién es.

— No creo que sea responsable de saber —lo defendí, para compensar y equilibrar el evidente dos contra uno.

— La mitad de los chicos de Argentina no están tomando leche —dijo mi amiga—. La mitad. Y Argentina produce leche para 200, 300 millones de chicos. ¿Sabés cómo se llama eso?

— Algunos le dicen justicia social —dije.

— No: es crueldad. Pura crueldad. Peor, es sadismo. ¿Qué hizo Milei cuando estaba dando un discurso en una escuela y un chico se cayó al lado suyo? Lo miró, como si se hubiera caído un palo. Lo miró a ver si no lo había ensuciado. Ni atinó a levantarlo, ni interrumpió lo que estaba diciendo. Ahí es donde se ve la verdad. Ahí mostró que es inhumano. No tiene corazón, en el lugar del corazón tiene un sorete. Ahora ya lo sabés —le dijo a su hijo—. Ahora ya sos responsable de apoyarlo o no.

El hijo siguió con la mirada en la nada. Quizás la escucho. No se sabía qué estaba pensando. 

No preguntó quién fue Margaret Thatcher y en el fragor del comentario contra Milei, nos olvidamos de decirle.


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