viernes, 10 de enero de 2025

Realidades

Me toca sumergirme tanto en la realidad en la que estoy que no concibo que vivo en otra. En Nueva York, un día antes de volver a Argentina, no puedo creer que mi vida no es en Estados Unidos. 

Si me fuerzo a creer que vivo en Buenos Aires, entonces pienso que volveré a mi departamento en la calle Uriburu, donde vivía hace años.

Luego me hago un cotidiano en el vuelo de regreso a la Argentina, otra vez me toca un avión medio lleno de jasidíes, nos hicimos amigos con una azafata vieja, el pibe del asiento cruzando el pasillo escribe en un cuaderno a mano igual que yo y hablamos de eso. Y leo absorto Las veredes colinas de África, con Hemingway contando en primera persona cómo caza rinocerontes y antílopes entre masai desnudos y por territorios que se le asemejan demasiado a España. Además, con la media consciencia de ver películas en la madrugada, una a las 2, otra a las 5, una media consciencia que es un estado que te hace perder muchos detalles pero también te introyecta en la cabeza del guionista; así, como un pez que al llegar al mismo lugar en la pecera redonda ya no recuerda haber estado, veo La mala educación, de Almodóvar, y Joker 2, y me sumerjo hasta el fondo. 

Llego a Ezeiza, me espera Karina, que siempre me lleva y me trae de Ezeiza, y hablamos todo el viaje de cómo saber o decidir si se ha vivido lo suficiente; llego a mi departamento, que no está en la calle Uriburu, sino el actual, que es muy diferente y está en otro lugar, completamente diferente, de la ciudad, encuentro que mi hija me ha llenado la heladera de comida y ha dejado el departamento en estado de limpieza como yo nunca lo tengo, y tengo que salir corriendo porque en 40 minutos tengo que reunirme con mi socio porque esta noche se va de vacaciones y mientras estuve afuera apareció un cliente nuevo. 

En la parada de colectivo para ir a la reunión digo “la reconcha de la lora, me olvidé el barbijo”, y empiezo a caminar de vuelta a casa hasta que me doy cuenta de que me olvidaba el barbijo en China en 2022, ahora ya está. (¿pero la pandemia, ya está?)

Etcétera.


Me siento revoleado por el multiverso. 






No hay comentarios:

Publicar un comentario