jueves, 19 de diciembre de 2019

Madre Celia, abuela Lucy






Hoy es el aniversario de la muerte de mi madre.
Hay personas que están más vivas que otras, y he conocido pocas personas más vivas que ella.
Pensaré en mi madre durante el día, en lo posible tratando de no perder de vista sus defectos y las cagadas que se mandó, porque sería un homenajismo que la mataría un poco más.
Tan viva como estaba, no murió del todo. Primero muere el cuerpo, y luego lentamente, en muchos años, va disipándose el resto de uno.
Pueden ser muchísimos años. Hace unos días estuve viendo a los niños de Llullaico. Son tres chicos que fueron sacrificados hace 600 años en la cima de un volcán, donde la temperatura nunca sube de menos cero, y los chicos permanecieron como en un freezer. Ahora están en un museo de Salta, en las mismas condiciones, obvio, donde los exhiben, y es asombroso que parecen dormidos, con los pelos aún brillosos, los deditos y las pieles tersas como si aún la sangre corriera por sus venas.
Luego, hace 40 años descubrieron los huesos de una ancestra de los humanos, a la que llamaron Lucy. Vivió hace seis millones de años. Ahora hay réplicas de ella en muchos museos, y por un tiempo se seguirá mencionándola.
Seis millones de años viva.

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