sábado, 31 de agosto de 2024

Todo va a estar bien

Alberto se enteró de que habían torturado a su hermano.

Una compañera de trabajo le dijo:

— Tu hermano es fuerte. Quedate tranquilo, se va a poner bien.

Y se fue porque tenía que hacer otra cosa.

Alberto sabía que su hermano no se iba a poner bien. Se iba a poner cada vez peor.

Lo que su compañera podía haber hecho era abrazar a Alberto. 

Tenerlo abrazado fuerte mientras él sentía un dolor como si le hubiesen hecho tragar un litro de ácido. 

Podía haberlo abrazado mientras Alberto se retorcía de angustia.

El dolor, la angustia, no son enfermedades, no son tóxicas. Es lo que una persona necesita sentir para huir de una situación amenazante, y si no puede huir, para soportarla.

Dejar a una persona sola con su angustia tirándole un consuelo para sacarse la incomodidad de encima, no es hacerle un gran favor.


viernes, 30 de agosto de 2024

Tibios

 Cuándo queramos acordar y salgamos a pelear, nos daremos cuenta de que ya nos cortaron los brazos.

Hay que hacer, aún fracasando, siendo idiotas, recalcitrantes, traidores, sin esperanza, sin carisma, sin habilidad, sin plan, sin coraje, pero hay que hablar y hay que hacer algo.

Porque los tibios serán vomitados de la boca del Señor.




Creer

El deep fake se expande como reguero de pólvora.

Podemos desesperarnos, como cuando avanza un incendio. En unos minutos se hace incontrolable.

En un mundo en el que el 80% de lo que miramos está en una pantalla, antes de que termine el 2025 no vamos a poder distinguir si las imágenes y sonidos que vemos son verdad o falsos.

Milei diciendo que le va a declarar la guerra a Chile, represión a jubilados, nuestros compañeros de trabajo en un zoom, un video que nos manda nuestro hijo en el que se ve a un perro atacando a su esposa, Charly García muy recuperado cantando un tema nuevo, Xi Jinping anunciando que China se prepara para invadir Taiwan (obviamente con imágenes de tropas, armamento, barcos, aviones) Grabois manoseando un chico, yo poniéndome un balazo en la cabeza.

Es cierto que esta expansión es limitada. Es cara. Pero el poder la usará.

No me verán suicidándome, pero sí podremos ver a Messi dándole una paliza despiadada a su hijito.

Y aún si se pudiera generar mi imagen, alcanzaría a muy poca gente, pero la de Messi tendría miles de millones de reproducciones.

Además de que ustedes saben que no estoy especulando ciencia ficción, creo que lo más fuerte de esto no es que ya no sabemos qué es verdad y qué es falso, sino que no teniendo otra solución, somos nosotros quiénes elegimos qué creer. Y así vamos eligiendo una determinada realidad. Al fin, una persona tendrá ante sí una realidad y otra, otra.

Eso es lo que está pasando.

No es que estamos ante la misma rana gigante y a alguien le parece asquerosa y a otro tierna. Es diferente. Uno tiene ante sí una rana y otro, una chinchilla.

Eso ya está pasando. Se están manipulando realidades para diferentes sectores.

Así es como ante un aumento brutal del boleto de colectivo, una persona ve un saqueo a los ahorros de la gente y otra persona ve una corrección a una distorsión histórica (“estuvimos pagando precios regalados durante años”).






 

Un mañana

La pandemia nos deprimió.

Nos deprimió que corríamos riesgo de morir.

Nos deprimió que muchas personas morían.

Nos deprimió que personas conocidas murieron.

Nos deprimió que hubiera una peste en el mundo, algo apocalíptico.

Nos deprimió estar encerrados.

Nos deprimió que nos metieran vacunas.

Nos deprimió que nuestros hijos no pudieran salir a jugar, a estar con otros chicos.

Nos deprimió que a lo mejor la pandemia iba a durar muchísimo.

Nos deprimió que se revelara que la salud pública estaba destrozada.

Nos deprimió que los negocios de los laboratorios estuvieran por encima del bienestar de la gente.

Nos deprimió que hubiera un vacunatorio VIP, y que alguien a quien respetábamos como Verbitzky lo utilizara.

Nos deprimió que cerraran negocios.

Nos deprimió que tuviéramos que cerrar nuestro negocio.

Nos deprimió que la economía se vino a pique.

Nos deprimió la falta de libertad.

Nos deprimió no poder acompañar a nuestros familiares que se enfermaban.

Nos deprimió no poder velarlos.


Ante la depresión nos hicimos más adictos de lo que ya éramos, a las pantallas y a la “comunicación” que creemos que tenemos con internet.


Mucho de esto quedó.

Es decir, quedó mucha depresión.


Quisimos sacárnosla de encima votando a uno que gritaba desaforadamente “¡Libertad!”, sin fundamento, sin sensatez y nos metimos en un lugar peor, que encima de que venimos mal, nos sacan lo que tenemos y nos cierran más el futuro.


Aún no nos sacamos de encima la depresión.


Seguimos horas y horas frente a la pantalla, como si fueran ventanas que nos permiten escaparnos a otros mundos.


Pero nos vamos dando cuenta de que no hay esos mundos, lo que hay es una bazofia mal hecha a nuestra medida para que creamos que la realidad es lo que a los poderosos le conviene que creamos.


Ya nos vamos dando cuenta de esto, pero no sabemos cómo salir de la depresión y de la pantalla.





 


miércoles, 28 de agosto de 2024

Universales

Cada vez que escucho ese tipo de universalizaciones que suenan tan sabias tipo “siempre los humanos estuvieron en guerra”, “el hombre es egoísta por naturaleza”, “a los pobres siempre los tendréis con vosotros”, “es humano que unos manden y otros deban obedecer”, “en todas partes existe la solidaridad”; cada vez que escucho esos “siempre”, recuerdo una frase de Marguerite Duras, “Me siento constantemente alejada de Roma en aras de otro pensamiento distinto… contemporáneo del de Roma, y que se habría originado en un lugar distinto, lejos de Roma, hacia el norte de Europa, por ejemplo”.

Y pienso en que tantas cosas han sucedido en las sociedades humanas, en 20.000, 40.000 años, quizás más.

Tantas cosas han sucedido en miles y miles de sociedades que se extinguieron. Quizás algunas fueron puramente pacíficas, quizás algunas vivieron en la opulencia durante siglos, quizás para algunas la vida material no tenía importancia, quizás algunas encontraron la manera de estar siempre sanos, quizás hubo sociedades realmente anarquistas, sin poder político; quizás hubo sociedades que vivían en el desierto y, sin escritura, y tenían un sistema familiar tan complejo que las computadoras de hoy no podrían desentrañar. Quizás hubo sociedades con tecnologías inconcebibles, acaso relacionadas con el manejo de la fuerza de gravedad, que construyeron pirámides descomunales, imposibles de construir con los recursos que tenían, vistos desde la tecnología de hoy.

Lo que sí es cierto es que la Humanidad de hoy es lo suficientemente soberbia para negar cualquier cosa que no pueda comprender y destrozar a cualquiera que haga lo que ella no puede hacer.





Paula

Una vez le dije “Paula” a mi novia.

Bueno, se llamaba Paula.

Pero lo que pasaba era que mi novia anterior también se llamaba Paula.

Y ella lo sabía.

Entonces me dijo:

— Me dijiste Paula como le decías Paula a esa.

— Te llamás Paula, ¿cómo querés que te diga?

— Decime Paula, pero a mí. No te confundas, no me confundas con ella.

— ¡Pero cómo me voy a confundir!

— Estabas distraído y dijiste “Paula” distinto.

Quizás tenía razón.

El varón, muy domado, les digo.




viernes, 23 de agosto de 2024

Regalar un deseo

En el corazón de lo que las personas hacen o dicen, hay deseos.

Uno puede hurgar en cualquier acción y encontrar cuál es el deseo que la provocó.

Me sentí infinitamente feliz con el asado y el recibimiento general que nos hizo Andrés Cuervo, porque fue tu modo de recibir el regalo que le hicimos los amigos que viajamos a Lincoln para estrenar en el centro cultural de Andrés, TeroSeco, la película en la que trabajamos, “Semillas que caen lejos de sus raíces”. 

Es hermoso cuando alguien le regala un deseo a otra persona. 

También es hermoso descubrir un deseo de alguien y cumplírselo o acompañarlo para que lo cumpla.


Un valor temerario

 Hay que tener un valor algo temerario para asomarse al abismo del alma de otra persona.

 

Pero si jamás sentiste la necesidad de hacerlo, no sos amigo de esa persona.

 

 

Un valor temerario

Hay que tener un valor algo temerario para asomarse al abismo del alma de otra persona.


Pero si jamás sentiste la necesidad de hacerlo, no sos amigo de esa persona. 



Niños

 En esta familia, contando lo que se murieron de viejos, ninguno llegamos a la adultez.

 

Nadie se hace cargo íntegramente de su vida.

 

Uno dice, por ejemplo, “gobierne el que gobierne, yo: pongo el lomo. Son todos la misma mierda”.

 

Otra vive la vida que su madre pensó para ella. Odia a la madre porque tiene una vida de mierda, pero nunca se hizo una vida propia.

 

Casi todos se someten a la agenda que imponen los medios. Hablan de lo que ven en la tele, lo que escuchan en la radio, lo que ven en las redes.

 

Romántico

Aquí tenemos a Juan y Pinchame.

¿Quién tiene razón?


— Cuándo alguien te gusta de verdad lo primero que sentís a lo mejor no es ganas de coger, sino de besarle la boca.

— Sos un romántico.

— Si no querés besarle la boca mucho, te querés aprovechar de ella.

— Romántico o te hacés el deconstruido.

— ¿Y vos?

— Yo ¿qué?

— ¿Por qué me agredís?

— Te hacés el que hablás del amor.

— ¿Y cuál es el problema?

— Hablá de otra cosa.

— Puedo hablar de otra cosa, pero ¿por qué te molesta que hable del amor?

— Porque te hacés.

— ¿Cómo sería si no me hago?

— No hablarías.

— Buá. 




lunes, 12 de agosto de 2024

Normalidades

Si querés atrapar una liebre, usás un tipo de trampa; si querés atrapar un oso, usás otro tipo de trampa.


Mi primo de Galicia me grita, asombrado, “¡¿pero cómo tenéis a ese hombre de presidente?!”


Como conozco a mi primo y sé cómo piensa, sé que me está preguntando “¡¿pero cómo tenéis a ese ENERGÚMENO de presidente?!”


Pero no me extrañaría que otra persona le dé un sentido completamente diferente a la pregunta: “¡¿pero cómo tenéis a ese GENIO de presidente?!”


Si quienes están felices con Milei nos parece unos idiotas, es posible que estemos cometiendo el error de atribuirles ver la misma realidad que nosotros.


Si nosotros quisiéramos atrapar un oso y alguien llegara con un débil lazo de alambre invisible, nos parecería un imbécil, salvo que comprendiéramos que esa persona lo que quiere atrapar es una liebre.


Si tenemos un problema 24=(4x/6)·4, queremos despejar la x, le preguntamos a otra persona qué resultado ha obtenido y nos responde un disparate, podríamos comprender que esa persona no está equivocada, sino que no tenía el mismo problema que nosotros.


En menudo problema nos metimos cuando supusimos que Gramsci hablaba de UN sentido común.

Los sentidos comunes pueden ser muchísimos, y cambiantes, y en tensión, solapados entre sí o ser perfectamente intraducibles uno al otro.


La maquinaria de las corporaciones mediáticas, que usan desde la comunicación más elemental hasta todas las redes sociales, está consiguiendo diseñar diferentes sentidos comunes, el que mejor conviene dictar en cada sector.


Esto está llegando muy lejos.

Si unos se obsesionan con la posibilidad de una guerra nuclear, para otros lo más trascendental es una cantante, la energía verde, el fútbol, etcétera. 

Pero no es sólo una cuestión de CONTENIDOS. Cada sentido común es una forma de percepción, una ética, una lógica, una estética. 

Es decir, una percepción del universo y una forma de percibirlo.


Pedro Saborido lo dice bien: “son normalidades diferentes”.




viernes, 9 de agosto de 2024

4 estrategias posibles para nuestra vida

ESTRATEGIA 1

Decidir un objetivo

Una meta

Un sueño

Un anhelo 


Y trabajar para alcanzarlo

Cumplirlo

Hacerlo realidad 


poniendo en el empeño los recursos y habilidades que tenemos.



ESTRATEGIA 2

No decidir ningún objetivo

Ni meta

Ni sueño

Ni anhelo 


Eso no significa que no trabajemos 

Cumplamos 

Hagamos realidad un objetivo, una meta, un sueño o un anhelo 


Sino que cumplimos el plan para nuestras vidas que OTRO tiene para nosotros.


Ese plan puede ser que seamos engranajes del capitalismo, produciendo y consumiendo según nos manipulan.


Esta estrategia se llama ALIENACIÓN. 

Nos aliena de nuestros deseos


ESTRATEGIA 3

Decidimos adoptar el plan que los poderes hegemónicos tienen para nosotros y nos sometemos. 


ESTRATEGIA 4

El posibilismo. 


Cumplimos el plan de la sociedad en la que vivimos para poder sobrevivir


Pero decidimos un objetivo

Una meta

Un sueño

Un anhelo 


Y trabajamos para alcanzarlo

Cumplirlo

Hacerlo realidad 


Poniendo en el empeño los recursos y habilidades que nos quedan.